Con el paso de los años los científicos han logrado identificar buena parte de los cuerpos celestes que se acerca a la Tierra en intervalos de décadas. Entre esta clase de cometas, se encuentra el 12P/Pons-Brooks, conocido popularmente como “Diablo” debido a su distintiva cola en forma de cuernos.
El cometa 12P/Pons-Brooks ha sido bautizado con dos nombres debido a su descubrimiento independiente por dos destacados astrónomos. En 1812, el astrónomo francés Jean Louis Pons fue el primero en observar este cometa. Sin embargo, décadas después, en 1883, el estadounidense William Robert Brooks redescubrió este cometa, identificándolo como un cometa periódico con un periodo de aproximadamente 70 años.
Las observaciones más recientes han arrojado datos interesantes, como un periodo ligeramente extendido de 71.3 años y un impresionante diámetro de alrededor de 30 kilómetros. Sorprendentemente, esto significa que el cometa 12P/Pons-Brooks es tres veces más grande que el Everest, la montaña más alta del mundo. No obstante, es importante considerar que esta cifra podría verse afectada por la emisión de polvo y gas desde su núcleo helado.
Acercamiento en 2024
Aunque actualmente es observable a través de telescopios domésticos, la gran revelación llegará en abril de 2024, cuando el cometa 12P/Pons-Brooks alcance su perihelio, el punto más cercano al Sol. En ese momento, estará a aproximadamente 0.78 unidades astronómicas (117 millones de kilómetros) de nuestra estrella. En contraste, cuando se encuentre en su afelio, el punto más lejano al Sol, se alejará a unas asombrosas 33.6 unidades astronómicas (5,000 millones de kilómetros).
La órbita altamente excéntrica de este cometa ha atraído la atención de astrónomos de todo el mundo. Su acercamiento proporcionará una oportunidad invaluable para estudiar su composición y obtener pistas cruciales sobre la formación del sistema solar.
¿Peligro de impacto?
A pesar de su nombre intrigante, el cometa 12P/Pons-Brooks no representa ninguna amenaza para la Tierra. Su órbita ha sido exhaustivamente estudiada debido a su alta excentricidad, y no existe evidencia que sugiera una posible colisión con nuestro planeta en el futuro. De hecho, registros históricos demuestran que este cometa ha sido observado desde hace siglos, mucho antes de su descubrimiento formal en el siglo XIX.
La tranquilidad de que no se trata de un objeto peligroso se basa en rigurosos seguimientos y observaciones continuas de este cometa. Si hubiera la más mínima posibilidad de un impacto, se tomarían medidas adicionales para garantizar la seguridad de nuestro planeta.
12P/Pons-Brooks no solo nos deslumbrará con su imponente presencia, sino que también se cree que es el origen de una tenue lluvia de meteoroides conocida como κ-Dracónidas. Cada año, alrededor del 29 de noviembre al 13 de diciembre, la Tierra pasa cerca de la región donde este cometa ha dejado fragmentos de su material helado. Este encuentro celestial ofrece un hermoso espectáculo de estrellas fugaces que los amantes del espacio no querrán perderse.