En el norte de Irak, un grupo de arqueólogos franceses, europeos e iraquíes descubrieron enterrada una escultura de más de dos mil 700 años de antigüedad de una deidad conocida como Lamasu, que tiene cuerpo de toro, alas y cabeza humana.
La estatua no tiene cabeza, por lo que se cree fue robada hace décadas por saqueadores pero a pesar de ello, la estatua mide 3.8 por 3.9 metros, pesa 18 toneladas y está hecha de alabastro de yeso.
Los expertos creen que la cabeza de la estatua podría ser una que encontraron por una zona cercana en la década de 1990, la cual estaba hecha trizas y que fue reconstruida por el Museo Nacional de Irak.
A juzgar por los detalles de la estatua y el material, creen que la escultura fue hecha durante el reinado del rey asirio Sargón II, quien gobernó entre los años 722 y 705 a.C., se cree que la estatua se hizo para proteger una ciudad antigua que estaba a unos 15 kilómetros de dónde está Mosul en el norte de Irak.