Por Sergio García
El servicio de taxis en Nogales ha tenido un cambio con los últimos acontecimientos. Primero, los taxistas se han quedado sin trabajo, ya que la ciudad está saturada de carros de alquiler.
Segundo, el servicio se ha encarecido, pues de 60 pesos ya subió a 70, como una reacción de los mismos choferes ante la falta de clientes, aunque esto se pueda atribuir a la crisis económica.
Esta situación se debe primordialmente a que hay cientos de taxis piratas en la ciudad, los cuales no han desaparecido debido a que existe una cadena de corrupción bien enquistada que abarca a las autoridades de todos los niveles de Gobierno, especialmente la Agencia Fiscal del Estado.
Los taxis piratas han existido desde siempre, pero antes con la tolerancia y supervisión de la Dirección de Seguridad Pública Municipal a través del Comandante de Tránsito; sin embargo, la alternancia del poder vino a sacudir esa estructura municipal poco a poco.
Los taxis piratas comenzaron a aumentar poco a poco, pero siempre controlados, pero fue en el trienio del dios de la mediocridad, Jesús Antonio Pujol Irastorza, que hasta en eso hubo fallas.
Luego del vacío de autoridad generado por el inepto JAPI, los taxistas quedaron sueltos, y su control fue entregado a la maña, por acuerdos; no sin antes pasar por la venia de la Agencia Fiscal.
Fue, pues, desde el sexenio de Gobierno estatal anterior, que los taxis piratas pasaron al control del narco, con el acuerdo estatal.
Fue cuando comenzaron los cobros, semanales, primero de 500 pesos por tener un taxi pirata. Los audios de amenazas para que pasaran a pagar, ahí a la esquina de Villa Sonora e Internacional. A la vista de todas las corporaciones policiacas y de toda autoridad estatal.
Desde hace 4 años comenzaron las amenazas, luego los videos con las apaleadas, que no azotes, contra taxistas que no podían o no querían pagar la cuota acordada con la maña. Era un acuerdo que el chofer de taxi hacía directamente con un representante del narco… Pero a veces lo incumplen, y es cuando vienen esas TABLEADAS, que no azotes, como dice Claudia Indira, la Fiscal Estatal.
Todo esto inició bajo la permisividad de los gobiernos inmediatos pasados, estatal y local. El mediocre, pero avaricioso JAPI, la marca de la mediocridad en la que algunos viven orgullosos, metió las manos hasta los codos y generó esa situación.
La impunidad y permisividad de las autoridades envalentonó al “Chente” y cometió el error de exhibirse “TABLEANDO” NO AZOTANDO, a taxistas que no pudieron o no quisieron pagar su cuota, al fin que no había procuración de Justicia para los taxistas… Aunque era la misma Procuradora… ¿Qué cosas no?
Al que le interese, la cuota subió ya de 500 a mil pesos semanales… Multiplique eso por 300 o 400 taxis piratas.
Sin embargo llegó un Gobernador de línea dura, que sí le da vergüenza incumplir con su deber, y se lanzó a detener al Chente, ya que su actitud era un reto a la autoridad, gracias a sus complicidades locales.
“El Chente” huyó gracias al “pitazo” que le dieron, último favor que le hicieron… Pero ya fue detenido y usted conoce el resto de la historia.
Pero en el segundo punto, lo que encarece el servicio de taxi, lo que deja sin empleo a los choferes legalmente establecido es que fueron entregadas 300 nuevas concesiones de taxis en un intento de Alfonso Durazo Montaño de favorecer a los choferes.
Ya hay demasiados taxis legales en la ciudad. Debe haber como 600, pero además hay otros tantos piratas, lo cual convierte al servicio en incosteable, y ante esto los choferes han pasado a cobrar 70 y hasta 80 pesos diarios.
Este aumento de precios se puede atribuir igualmente al aumento de la inflación, pero en la frontera la gasolina no pasa de los 18 pesos por litro.
UNA ÚLTIMA RECOMENDACIÓN: Ante tanto taxi pirata, tenga cuidado amigo lector, lectora, cuando se suba a un taxi, ya que hay mucha persona no deseada que conduce actualmente un taxi, sin control, sin supervisión de las autoridades… Nos vemos pronto, PAX.