Estamos tratando de descubrir quiénes somos, qué somos, de dónde venimos, cuál es nuestro lugar en esta inmensidad llamada universo”.
Esas interrogantes fueron planteadas este miércoles por el administrador de la NASA, Bill Nelson, al presentar una muestra de polvo tomado del asteroide Bennu y los resultados de los primeros análisis de la misma.
El análisis preliminar realizado por un equipo de científicos mostró que este polvo extraterrestre negro es rico en carbono y agua.
Eso es una muy buena noticia. Existe la teoría de que asteroides ricos en carbono y agua, similares a Bennu, fueron los que trajeron el agua y otros elementos clave para la vida a la Tierra hace unos 4.500 millones de años.
Las muestras del asteroide se utilizarán para tratar de probar esta teoría.
“La generosidad de material rico en carbono y la abundante presencia de minerales arcillosos acuíferos son solo la punta del iceberg cósmico. Estos descubrimientos (…) nos impulsan en un viaje para comprender no solo nuestro vecindario celestial sino también el potencial para el comienzo de la vida”, dijo Nelson.
“Con cada revelación de Bennu, nos acercamos más a desentrañar los misterios de nuestra herencia cósmica”, agregó.
Aunque es evidente que la misión ha recogido una “abundancia de muestras”, los científicos aún no están seguros de qué cantidad de Bennu tienen realmente en su poder.
El recipiente de muestra que aterrizó en el desierto de Utah el 24 de septiembre fue abierto, pero la cámara interior utilizada por la nave espacial Osiris-Rex para almacenar los fragmentos del asteroide para el viaje de regreso a casa aún no fue vaciada completamente de su contenido ni se pesó.
El equipo de la misión cree que tiene unos 250 gramos en total. Se necesitarán algunos días más de cuidadoso desmontaje para corroborar esa estimación.
Para realizar sus experimentos iniciales, los científicos utilizaron partículas que se habían derramado desde la cámara interior. Este fino polvo de Bennu cubre todas las superficies circundantes del recipiente.
“Cuando quitaron la tapa del recipiente de muestra, reveló este polvo negro por todas partes. Fue increíble, fue muy emocionante”, recordó Ashley King, uno de los científicos involucrados.
El polvo se colocó en un microscopio electrónico, se sometió a técnicas de difracción de rayos X y espectroscopia infrarroja y se escaneó mediante una máquina de tomografía computarizada.
Uno de los hallazgos clave es la presencia de ese carbono (4,7% en peso).
“Eso es una gran cosa. Cuando llegaron los datos, había científicos en el equipo que decían ‘¡Guau, Dios mío!’, dijo Daniel Galvin, analista del Centro de Vuelos Espaciales Goddard de la NASA. El equipo de observación rápida detectó tanto carbonatos como compuestos orgánicos más complejos.
El investigador principal de Osiris-Rex, Dante Lauretta, destacó el contenido de agua en los minerales arcillosos de las muestras.
“Tienen agua encerrada dentro de su estructura cristalina”, explicó el cosmoquímico de la Universidad de Arizona.
“Quiero detenerme y pensar en lo que eso significa, esa agua (…) Así es como creemos que llegó a la Tierra. La razón por la que la Tierra es un mundo habitable -que tenemos océanos, lagos, ríos y lluvia- es porque los minerales arcillosos , como los que estamos viendo desde Bennu, aterrizaron en la Tierra hace 4.500 millones de años”, dijo.
La nave espacial Osiris-Rex recogió los materiales de Bennu en octubre de 2020 utilizando una audaz maniobra para acercarse al asteroide, una operación realizada a 330 millones de kilómetros de la Tierra.
Luego, fueron necesarios casi tres años para que la sonda de la NASA volviera a casa y dejara su preciosa carga en un campo de pruebas militar de acceso restringido.
Una vez que se extraiga la muestra completa, una parte de ella se compartirá con investigadores de todo el mundo.