Phoenix— La construcción de un muro a lo largo de la frontera entre Estados Unidos y México bajo el gobierno del expresidente Donald Trump derribó cantidades incalculables de cactus saguaro en Arizona, puso en riesgo a ocelotes en peligro de extinción en Texas y perturbó cementerios de nativos americanos, dijo ayer jueves el organismo de control oficial del Congreso.
Un informe publicado por la Oficina de Responsabilidad Gubernamental (GAO) ofrece la primera evaluación independiente de los daños causados por la construcción de más de 450 millas (724 kilómetros) de muro, mientras que se renunciaron a revisiones ambientales en profundidad y las preocupaciones de las tribus nativas americanas fueron en gran medida ignoradas en el Corre para terminar la barrera.
Ahora, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos y el Departamento del Interior deberían trabajar juntos para aliviar el daño, dijo la GAO. Recomendó que las agencias se coordinen para decidir cuánto costará el trabajo de reparación, cómo financiarlo y cuánto tiempo llevará.
Un portavoz de Aduanas y Protección Fronteriza dijo el miércoles que la agencia está trabajando en una respuesta al informe.
“Lo que hace que el muro fronterizo de Trump sea tan atroz es que su administración renunció a docenas de leyes ambientales, de salud pública, de preservación cultural e incluso de contratos de contratación para construirlo”, dijo el representante federal Raúl Grijalva, un demócrata del sur de Arizona que solicitó la revisión de la GAO. “Antes incluso de que comenzara la construcción, las comunidades, tribus y otras partes interesadas estaban dando la alarma sobre el daño colosal que causaría eludir estas protecciones fundamentales”.
Grijalva dijo que está instando a sus colegas legisladores a transferir al menos $225 millones de Seguridad Nacional al Departamento del Interior y al Servicio Forestal en el próximo presupuesto para esfuerzos de restauración.
Trump y sus partidarios han argumentado que es necesaria una fuerte barrera física a lo largo de la frontera para mantener alejadas las drogas y las personas que intentan ingresar ilegalmente a Estados Unidos.
“Aplicamos un enfoque equilibrado y de sentido común en un esfuerzo por abordar las preocupaciones ambientales y al mismo tiempo priorizar nuestro objetivo principal de asegurar la frontera de la nación para reducir un vasto conjunto de amenazas complejas que ingresan a los EU”, dijo Mark Morgan, quien fue el representante interino de Aduanas y Protección Fronteriza durante la administración Trump.
“Hablando personalmente, si alteramos el hábitat de una mariposa o mueren algunos cactus a cambio de alterar la capacidad operativa del cártel para amenazar la seguridad de nuestra nación y la seguridad nacional, estoy de acuerdo con esa compensación”, dijo Morgan, ahora miembro visitante en el Heritage Foundation, un grupo de expertos conservador en Washington. “El muro salvó vidas y perturbó la capacidad del cartel para mejorar su control operativo de las fronteras de nuestro país”.
Los grupos ambientalistas dijeron que el informe de la GAO confirmaba sus quejas anteriores. Dijeron que los futuros trabajos de reparación podrían beneficiarse de una mayor participación del Departamento del Interior, un administrador principal del terreno federal donde ocurrió gran parte del daño.
“Esperamos que este informe ayude a la gente a comprender el grado de destrucción que realmente causó el muro”, dijo Laiken Jordahl, defensora de la conservación del suroeste del Centro para la Diversidad Biológica, entre los grupos consultados.
Un aspecto clave del informe fue “identificar el hecho de que el Departamento del Interior necesita desempeñar un papel más importante en la reparación del daño”, dijo Michael Dax, director del programa occidental de Wildlands Network, que también dio su opinión a la GAO.
Emily Burns, directora de programas del grupo ecológico Sky Island Alliance, calificó de “refrescante ver la responsabilidad del gobierno federal”.
Gran y hermoso muro.
La frontera se extiende a lo largo de 2 mil millas (3 mil 200 kilómetros) a lo largo de California, Arizona, Nuevo México y Texas. Entre enero de 2017 y enero de 2021, contratistas de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos y el Departamento de Defensa instalaron secciones de lo que Trump llamó su “gran y hermoso muro”.
El presidente Joe Biden detuvo la construcción después de asumir el cargo en enero de 2021.
Para el informe, la GAO consultó con las agencias federales, así como con los grupos ambientalistas no gubernamentales. También buscó aportes de la tribu Tohono O’odham, que tiene una extensa reserva que incluye partes de Arizona y Sonora, México; y la Banda Viejas de Indios Kumeyaay en California.
Los consultados dijeron al GAO que las construcciones en partes del Valle del Río Grande en Texas fragmentaron el hábitat del ocelote en peligro de extinción al bloquear su acceso transfronterizo y ponerlo en riesgo de extinción.
Se le dijo a la GAO que la iluminación a lo largo de la frontera perjudica la migración de las aves y los hábitos de alimentación de algunas especies. Los animales más grandes, como los grandes felinos y los berrendos, que antes cruzaban la frontera a través de barreras para vehículos con aberturas más amplias, ahora están bloqueados por altos bolardos de acero colocados a centímetros de distancia.
Muchos cactus saguaro en el desierto de Sonora en Arizona fueron derribados durante la construcción, y en algunas áreas al menos la mitad de los trasplantados a otros lugares murieron más tarde.
También se reportaron daños en Quitobaquito Springs, un oasis a varios cientos de metros de la frontera dentro del Monumento Nacional Organ Pipe Cactus. El área incluye cementerios sagrados del pueblo Tohono O’odham.
La GAO dijo que Aduanas y Protección Fronteriza abordó posteriormente los riesgos de seguridad causados por la construcción, como la construcción de muros de hormigón para reparar diques de tierra en el Valle del Río Grande de Texas.
