Por Sergio García
Mucha pena nos causa el asesinato de una niña, Samanta Zafiro, de apenas 11 años. Y nos lleva a recordar la alerta de que Nogales corre velozmente hacia una tijuanización.
Aún somos una ciudad pequeña, pero las tragedias se repiten con cierta frecuencia, y quienes somos reporteros tenemos en la mente muchos casos ocurridos.
El caso del Pequeño Yan Carlos, quien murió, con apenas 4 años, a manos de un grupo de sicarios, que lo asesinaron en venganza por que el padrastro se les escapó. Y todo fue ocultado por la Fiscalía General de Justicia del Estado en aquél tiempo.
Luego el caso del pequeño aquél que jugaba en el patio de su casa, en la Colonia Rosarito 2. Tragedias que aún nos duelen.
Niños o adolescentes que han muerto a manos de la violencia desatada. La jovencita que vendía tacos y fue atropellada por los sicarios al salir de la colonia CTS CROC.
Y los niños asesinados por sus padres y padrastros, por sus madres y madrastras; que el infanticida no tiene sexo.
Igual hay cientos de niños que viven en el abandono, porque sus padres trabajan. Porque así está diseñada la sociedad. Bajos salarios para que la familia se desintegre.
Y las familias viven hacinadas en casas pequeñas, de fraccionamientos miserables, verdaderos ghetos de delincuencia, diseñadas por los empresarios que luego donan recursos al Club de Niños y Niñas para acallar sus conciencias.
Políticos y empresarios, líderes partidistas, periodistas y demás profesiones, estamos generando un gran polvorín, una ciudad-escuela del crimen, llena de problemas sociales que algún día estallarán en graves crímenes, en una ciudad indeseable.
Y en todo esto cuenta una ciudad sucia y maloliente, como la que ahora tenemos. Una ciudad deforestada. Una ciudad sin parques, sin áreas de recreo.
Una ciudad gheto destinada al trabajo, y en la que un día no muy remoto el fentanilo la convertirá en una zona vergonzosa y aún más decadente.
La muerte de Samanta Zafiro, como las demás muertes de menores, es un llamado a la reflexión. A buscar cambiar el modelo de ciudad que estamos generando y que pronto escapará de las manos de la autoridad.
GUAYMAS
Y en Guaymas tenemos problemas parecidos a los de Nogales. Muertes y violencia. Este fin de semana hubo varios desaparecidos. Las estadísticas aproximadas de muerte son impresionantes.
Me informan que en la Alcaldía del Bebo Zataráin hubo cero muertes violentas. Con Antonio Astiazarán, hubo 2 muertes. Con Otto Claussen, 65 muertos. Ya el Otto le falló a Guaymas. Lorenzo DCima tuvo más de cien muertos, Sara Valle, 400, imagínese… 400 muertos con una mujer en la alcaldía…. Y la cosa con la actual alcaldesa también va mal…
NOS DESPEDIMOS, NO SIN ANTES RECORDARLE QUE aquí no escribimos sobre pedido, ni de pago por ver. Tenemos ideas propias y análisis personales. Aquí no suena la caja registradora por cada comentario. Nos vemos pronto.