Por primera vez desde 2008, en julio el Sector Tucson de la Patrulla Fronteriza se convirtió en el más activo a lo largo de la frontera entre Estados Unidos y México. A esta zona han llegado este verano inmigrantes de países lejanos como Pakistán, China y Mauritania, atraídos por campañas en redes sociales que promocionan esta nueva ruta hacia EEUU.
Agentes de la Patrulla Fronteriza ordenaron a jóvenes senegaleses que esperaran en la escasa sombra de los matorrales del desierto mientras montaban a un grupo más vulnerable de migrantes (una familia con tres niños pequeños de la India) en una camioneta blanca para el corto viaje hacia un centro de admisión, en medio de temperaturas de tres dígitos.
Estos migrantes se encuentran entre los cientos que han recorrido largas distancias este verano andando bajo el sol abrasador para llegar a la frontera de EEUU tras seguir una intrincada ruta por el extenso Monumento Nacional Organ Pipe Cactus en el desierto de Arizona, una de las áreas más desoladas y peligrosas del país.
Las temperaturas alcanzan los 118 grados Fahrenheit justo cuando los contrabandistas comienzan a llevar a inmigrantes de África y Asia por estas rutas para solicitar asilo.
Por primera vez desde 2008, en julio el Sector Tucson de la Patrulla Fronteriza se convirtió en el más activo a lo largo de la frontera entre Estados Unidos y México.
A esta zona han llegado inmigrantes de países tan lejanos como Pakistán, China y Mauritania, donde las redes sociales están atrayendo a jóvenes hacia esta nueva ruta hasta la frontera, que comienza en Nicaragua. Hay un gran número de personas procedentes de Ecuador, Bangladesh y Egipto, además de las nacionalidades más habituales en los cruces fronterizos, como México y Centroamérica.
“En este momento nos encontramos con personas de todo el mundo”, dijo el subjefe de la Patrulla Fronteriza, Justin De La Torre, del Sector Tucson. “Ha sido una verdadera emergencia aquí, una situación realmente difícil”.