Por Sergio García
NOGALES, Son.- Gesta Heróica del 27 de Agosto… Debería ser día de luto, no día de fiesta. Nuestra bandera debería estar a media asta toda la semana.
El 27 de agosto de 1918 nuestro país aún sangraba por la herida. Los Estados Unidos nos acababan de robar la mitad de nuestro territorio nacional.
Nosotros, México, estábamos en plena Revolución Mexicana. Los gringos estaban en la Primera Guerra Mundial, que terminaría en noviembre de ese mismo año.
El racismo antiyanqui estaba en pleno apogeo contra los mexicanos, contra los negros. El odio era mutuo. Como un coraje guardado entre dos enemigos que están esperando el momento para darse de golpes. Aún recuerdo a mi profesor de primaria que decía indignado y exaltado, que existían aquellos letreros en hoteles y restaurantes: “Se prohíbe la entrada de negros, perros y mexicanos”.
Los gringos trataban mal a los mexicanos que hacían trámites para cruzar a Arizona. Los trataban igual o peor que actualmente.
Soldados gringos se paseaban armados en México. Las crónicas narran que sólo por prepotente diversión se cruzaban armados hasta dos o trs kilómetros por las vías del tren, ante la mirada enojada de los mexicanos, que se aguantaban la rabia. Los nogalenses sabían que era un acto de burla.
La chispa que hizo estallar ese polvorín fue cuando los aduanales gringos intentaron balear a un ciudadano mexicano. Los guardafronteras gringos eran soldados, sin educación, ni formación para tratar ciudadanos.
La balacera estalló cuando los mexicanos respondieron echando bala tambiém… Y de nuevo los soldados gringos, los elementos del glorioso Ejército de los Estado Unidos, esos de la US Army, hicieron gala de su prepotencia, y su instinto criminal, introduciéndose en territorio mexicano, en una acción claramente de guerra, un movimiento táctico militar. En un acto de envolvimiento, hicieron una pinza, ingresó una columna por la Buenos Aires-Centro, y otra columna ingresó a territorio nacional por los alrededores del panteón del Rosario.
Los ciudadanos mexicanos se defendieron con lo que tenían. No pensaron los prepotentes militares gringos, que la mayoría de los mexicanos tenía un arma en su casa. Era época revolucionaria.
Los muertos se dieron en los dos bandos. No escribo esto para enlistar nombres de personas, pero sí vale la pena recordar a las mujeres que murieron en esa hazaña y que es hora de que no se les hace justicia, ni se les menciona siquiera. Debemos rescatar sus nombres y ponerlos en el Altar de la Patria, al lado de los hombres que igual murieron en ese zafarrancho.
Los gringos hicieron gala de crueldad. Mataron al Alcalde, a las enfermeras y a los ciudadanos. Lo mismo hicieron en otras invasiones a México. Son sanguinarios, racistas y crueles. Lo siguen haciendo en Afganistán, África, Irán o Irak.
Más bien este escrito está llamado a que hagamos más énfasis en el luto y el Patriotismo. No es esta una fecha de fiestas, que no es cosa de enfiestarnos cuando nos invaden y matan a nuestros hombres y mujeres.
Debe ser un día para recordar que nuestros vecinos del Norte, son sólo un puñado de intereses, y siempre van a buscar que a México le vaya mal, porque ya lo dijeron sus estrategas: “No quieren una potencia como Japón en sus fronteras”.
Así que parafraseando a Benedetti, este pequeño texto es más bien un manual para salvar el odio. El mismo odio que ellos han acuñado con sufrase: Remember the Álamo. Recuerda el Álamo. ¡Qué cinismo! No sólo nos robaron Texas, sino que además se sienten indignados, se sienten las víctimas.
Ya sé que usted lector, que pasa todos los días a trabajar a Estados Unidos, no opinará en esta columna. Ni tampoco el que cruza a comprar fayuca, o papel sanitario perfumado… No sea que le rompan el pasaporte. Yo nunca he cruzado, y no lo haré, porque no me lo perdonaría mi General Francisco Villa. J
Así que. Alto al tololochi. Hay que recordar con mayor respeto y memoria a nuestros muertos, y reparar en que tenemos a una potencia al Norte que nos sigue tratando como a sus perros, sin respeto, y que no nos invaden de nuevo, porque no tienen necesidad. Nuestros políticos corruptos ya les entregaron el país, nuestro petróleo, nuestro oro, plata, nuestro uranio… Pero si se ofrece, lo harán de nuevo. Nos invadirán cuando sea necesario. SI no, tiempo al tiempo.
NOS DESPEDIMOS, NO SIN ANTES RECORDARLE QUE aquí no escribimos sobrepedido, ni de pago por ver. Tenemos ideas propias y análisis personales. Aquí no suena la caja registradora por cada comentario. Nos vemos pronto.
