Texas.- Cuando el gobernador Greg Abbott de Texas anunció una iniciativa multibillonaria hace dos años para disuadir a los migrantes de cruzar desde México, la ciudad fronteriza de Eagle Pass estaba registrando 1 mil 200 personas que llegaban a esa ciudad cada día, y muchos residentes recibieron con agrado la ayuda adicional.
Hugo Urbina, quien es dueño de una granja de nuez pacana enseguida del Río Grande, no estuvo de acuerdo con el constante tráfico a pie por sus predios, docenas de personas al día.
Jessie Fuentes, quien es dueña de un negocio de canoas y kayaks, no quería que los migrantes pensaran que Estados Unidos tiene “abierta la frontera”.
El alcalde de la población, Rolando Salinas Jr., vio que la Patrulla Fronteriza estaba abrumada.
“La gente no puede arribar por miles sin tener consecuencias”, dijo Urbina.
Sin embargo, al paso del tiempo, el gobernador Abbott puso a prueba los límites legales de la acción estatal en la inmigración — enviando a la Guardia Nacional y grupos de policías estatales a la frontera, instalando alambre con navajas y barreras flotantes a lo largo del río — aunque parte de ese apoyo popular parece haber disminuido.
Los reportes recientes de lesiones y por lo menos dos muertes cerca de las boyas del río de 1 mil pies de longitud ha aumentado el nivel de preocupación.
“Él gobernador fue demasiado lejos”, dijo Fuentes.
Las tácticas que fueron escalando en lo que el estado ha nombrado “la operación no ceder” han provocado críticas dentro del Departamento de Seguridad Pública de Texas y la Patrulla Fronteriza.
En entrevistas con algunos residentes de Eagle Pass dijeron que sienten que su ciudad está bajo acoso, ya que los policías estatales están apostados a lo largo de la orilla del río advirtiéndoles a los que tratan de cruzar que se regresen.
En una audiencia que se efectuará este martes en una corte federal en Austin sobre un desafío a la barrera colocada en el río, el Departamento de Justicia afirma que viola la ley federal.
El Departamento argumentó que una parte significativa de la barrera de boyas se encuentra en territorio mexicano.
Un sondeo realizado por la Comisión Internacional de Límites y Agua encontró que unos 787 de los 1 mil pies estaban del lado mexicano, el gobierno mexicano ha objetado la barrera.
En un documento subsiguiente, el gobierno federal reportó que Texas envió una cuadrilla la semana pasada para mover las boyas más cerca del territorio de Estados Unidos.