Actualmente, Arizona está siendo testigo de un aumento de cruces fronterizos de inmigrantes, incluso en medio de las difíciles condiciones y el calor extremo.
Según datos de la Oficina de Aduanas y Protección de Fronteras diariamente ingresan a Arizona más de 1 mil 300 inmigrantes, quienes se exponen a temperaturas que superan los 38 grados.
Tucson, ciudad ampliamente conocida como el punto de cruce más peligroso a lo largo de la frontera entre EEUU y México, se ha convertido ahora en la más frecuentada por los inmigrantes.
Este aumento de la migración persiste a pesar de los esfuerzos de poner barreras en la frontera implementados por el gobernador de Texas, Greg Abbott.
Jim Chilton, un ranchero de Arizona que a menudo se topa con migrantes que cruzan sus extensas tierras de 50 mil acres, aseguró a NBC News que esta ola es una “entrada muy desafiante y difícil a Estados Unidos”.
El perfil de los inmigrantes en Arizona
Chilton ha notado un aumento del movimiento de migrantes en su rancho, predominantemente varones adultos solteros que intentan evadir a la Patrulla Fronteriza.
Sin embargo, en otras zonas como en la ciudad de Nogales, el perfil del migrante es diferente. Familias con niños pequeños se están entregando voluntariamente a los agentes de la Patrulla Fronteriza con el objetivo de solicitar asilo.
El aumento de familias que cruzan la frontera se ha convertido en una preocupación para los agentes de la Patrulla Fronteriza y los trabajadores de rescate, especialmente teniendo en cuenta las sofocantes temperaturas de este verano.
Ronaldo Ríos, director en funciones del Centro de Coordinación Aérea de Arizona, expresó su preocupación por los grupos, que a veces están formados por más de 200 mujeres y niños, incluidos bebés.
“El peligro común del que la gente está luchando es el calor. Es peligrosa a exposición a estar en nuestro terreno montañoso durante largos períodos de tiempo, sin agua”, comentó Ríos.
John Russell, agente de interdicción aérea, señaló que su unidad recibió 26 llamadas de auxilio en un solo día durante una guardia al sur de Arizona.
Según Russell, numerosos migrantes que emprendían el peligroso viaje a través de zonas remotas marcaron el 911 para pedir ayuda. Lamentablemente, algunas llamadas no pudieron ser atendidas debido al mal tiempo y a la escasa disponibilidad de aviones. Por desgracia, un inmigrante no pudo ser rescatado a tiempo y murió a causa del calor extremo.
El Departamento de Seguridad Nacional está igualmente inquieto por el creciente número de familias que cruzan, sobre todo en Tucson.
Alejandro Avirde, un agente de la patrulla fronteriza, comentó que han encontrado niños gravemente deshidratados que habían estado caminando durante horas.
“Estamos viendo niños muy pequeños que necesitan agua. Han estado haciendo esta caminata durante cinco horas y necesitan agua”, agregó Avirde.