Por Sergio García
Primera Parte
Las luchas de la derecha, la ultraderecha, la izquierda moderna, los progresistas, son términos que nos ha tocado escuchar recientemente.
Los priístas se han tomado en serio ese mote que les ha puesto el Peje, de que ellos son los de derecha. Los panistas ni qué decir.
Sin embargo, haciendo un análisis #asínomásporencimita, sin que me crea yo historiador, es muy claro que el PRI siempre fue un partido de izquierda, con tintes de derecha, dependiendo de la situación… Más o menos como Morena, que aglutina a Bartlett, AMLO y a Dolores Del Río…
Así, el PRI, el Partido Nacional Revolucionario, ese partido de Plutarco Elías Calles, el peor asesino sonorense, al lado de Álvaro Obregón, fue la organización que se dedicó a aniquilar a la religión católica.
Fueron esos priístas y sus herederos quienes asesinaron a niños, por ser católicos en Michoacán, Jalisco, Guanajuato, Puebla, Querétaro, etcétera.
De la misma manera, con ese odio izquierdista que aún subsiste ordenaron el asesinato del Padre Pro, de monjas, y obispos.
Además crearon una “Guardia Nacional”, llamdo en ese tiempo Los Agraristas, que eran verdaderos escuadrones de exterminio en contra de los católicos y que evidenciaron ese odio comunista que existía en Rusia, España o Cuba.
Mientras tanto, las demás religiones “cristianas” vivían en santa paz, ya que la guerra no era contra ellos.
Lo mismo que en la Rusia soviética, Calles hasta inventó una nueva religión para engañar a los católicos, creando así la Luz del Mundo, la cual tiene ahora alianza con Morenistas y Priístas.
Entonces ocurrió la defensa de la religión por medio de las armas, porque el Gobierno socialista de Calles y de todos sus lacayos, no les dejó otra salida.
Fue entonces que el Gobierno izquierdista de Calles, que daba refugio a todas las corrientes de izquierda del mundo, probó la furia del pueblo católico que se defendió de tantas injurias. De un Gobierno que pretendía abolir el derecho a la libertad religiosa, asentada en nuestras actas fundacionales.
Fueron tres años en que el Gobierno estuvo tambaleando ante un Ejército Cristero que triunfó en el campo y en la ciudad; al grado de que el Gobierno Federal tuvo que firmar la paz, una paz amañada que terminó en el asesinato selectivo de los Generales Cristeros.
Ni la famosa izquierda ha generado una fuerza bélica capaz de enfrentar al Gobierno, por eso le temen a los católicos.
Pero eso sí, los de la izquierda son muy buenos para llorar a sus muertos; mientras que los muertos del lado cristiano no cuentan.
Incluso han querido desaparecer de la historia estos tres años en que la izquierda gobernante, no pudo con la derecha armada en guerras de guerrillas.
Pero la Cristiada no es el objeto de este escrito. Sino que el fin es demostrar que la derecha no es el PRI, ni el PAN. La derecha brinca espontánea del pueblo, cuando es necesario.
Luego vino Lázaro Cárdenas, que acabó con el asesino Calles, y se reafirmó aún más a la izquierda, dando refugio a miles de españoles y rompiendo relaciones con la España de Franco.
Fuimos protectores de izquierdistas de todas las tallas. Desde el más humilde hasta el histórico León Trotzky, que nunca sabremos si le dieron refugio para entregarlo al peor asesino de la humanidad que fue José Stalin. Peor que Hitler. Sólo póngase a leer y lo sabrá.
El socialismo nacionalista de Lázaro Cárdenas es bien conocido, y quien fue realmente la Cuarta Transformación (Como bien dice su hijo Cuauhtémoc), ya que el país fue otro, después de él. Los cacicazgos disminuyeron mucho en bien del pueblo.
Ahora tenemos una Quinta transformación que atañe más a lo ideológico que a lo estructural; aunque también hay cambios importantes como el tren transítsmico; pero la corrupción de hoy opaca los cambios.
Pero siguiendo con la historia de esa izquierda del PRI, le diremos que en otro texto, escribiremos la segunda, tercera y las partes que sean necesarias. Porque las estadísticas dicen que nosotros los feisbuqueros somos bien mensos y que no leemos textos largos…
