Hollywood, centro medular del entretenimiento estadounidense, se encuentra en la cúspide de un posible callejón sin salida. El Sindicato de Actores de Cine-Federación Estadounidense de Artistas de Radio y Televisión (SAG-AFTRA) inició una huelga sin precedentes, solidarizándose con el sindicato de guionistas.
Durante una conferencia de prensa en Los Ángeles el jueves, los representantes sindicales de la SAG-AFTRA anunciaron la medida histórica luego de negociaciones contractuales con compañías como Netflix, Amazon, Disney y Warner Bros se desintegró el miércoles.
“A pesar de los esfuerzos de nuestro equipo, la AMPTP (Alliance of Motion Picture and Television Producers) se ha mantenido firme en su compromiso de devaluar el trabajo de nuestros miembros”, expresó Duncan Crabtree-Ireland, director ejecutivo nacional y negociador principal del sindicato.
El sindicato, que representa a unos 160 mil miembros, se unirá al Writers Guild of America (WGA), cuyos miembros llevan haciendo piquetes desde el 2 de mayo, para su primera huelga doble en 63 años.
Reconocidos intérpretes como como Meryl Streep, Jennifer Lawrence, Jamie Lee Curtis, Quinta Brunson y Pedro Pascal han declarado previamente su disposición a la huelga en una carta abierta a los líderes de SAG-AFTRA.
La huelga de actores inicia con el estreno de Oppenheimer
En el estreno de “Oppenheimer” en el Reino Unido, el director Christopher Nolan dijo que actores como Cillian Murphy, Robert Downey Jr., Matt Damon, Florence Pugh y Emily Blunt abandonaron la proyección para apoyar la huelga.
“Los has visto antes en la alfombra roja Se van a escribir sus carteles de piquetes para la huelga… uniéndose a la lucha por salarios justos para los miembros trabajadores del sindicato”, expresó el director.
Los motivos de la huelga
El comité de negociación del sindicato expresó públicamente su decepción por la negativa de los estudios a entablar negociaciones justas sobre cuestiones claves que afectan a los miembros de SAG-AFTRA.
Acusaron a la AMPTP de emplear tácticas dilatorias y de ser inflexibles, y recomendaron unánimemente la huelga.
Fran Drescher, la presidenta de SAG-AFTRA, criticó a los estudios por ser despectivos e irrespetuosos con las importantes propuestas del sindicato y con la contribución vital de los actores a la industria del entretenimiento.
En respuesta, el grupo de estudios culpó a los actores de abandonar las negociaciones, alegando que habían ofrecido aumentos salariales “históricos” y beneficios adicionales. Expresaron su preocupación por que las acciones de SAG-AFTRA pudieran empeorar la carga financiera de miles de personas que dependen de la industria del cine y la televisión para su subsistencia.
Esta huelga provocará la paralización de los proyectos que se rueden sin guionistas, lo que se traducirá en nuevos retrasos para las series de televisión y las películas.
Huelga histórica
La última vez que los actores boicotearon el trabajo fue en 2000, durante seis meses, mientras que los actores de cine y teatro del SAG hicieron una breve huelga de 14 horas en 1986.
Los guionistas emprendieron previamente un largo paro de 100 días entre 2007 y 2008.
La estructura salarial de los actores ha evolucionado debido al auge de los servicios de streaming, la llegada de la tecnología de inteligencia artificial y los crecientes retos económicos.
Los actores reclaman salarios más altos, un uso regulado de la inteligencia artificial, mejores planes de prestaciones y una compensación por las “audiciones autograbadas”, que tradicionalmente cubren los departamentos de casting y producción.
A pesar del mensaje optimista transmitido a los miembros por Drescher y el negociador principal, Duncan Crabtree-Ireland, el 24 de junio, las negociaciones no cumplieron las expectativas.
Aunque los estudios han llegado a un acuerdo con el Sindicato de Directores de América, as negociaciones con los guionistas y los actores no han avanzado.
Esta huelga podría paralizar la producción mundial, afectando a series como La casa del dragón de HBO y películas como Misión: Imposible – Dead Reckoning 2.
También podría influir en la entrega de los premios Emmy, prevista para septiembre, y en el programa de la Comic-Con de San Diego de este mes, habitualmente repleto de las mayores estrellas de Hollywood.
