¿Disfrutas de los dulces con azucar, los carbohidratos, no haces ejercicio y eres hispanos? Podrías llegar a sufrir de hígado graso no alcohólico (EHGNA). Este se produce por la acumulación de de grasa extra en las células hepáticas que no está causada por el alcohol y la enfermedad está en aumento, según un nuevo estudio.
Investigadores de la Sociedad de Endoclinología, organización médica profesional e internacional en el campo de la endocrinología y el metabolismo, revelaron que la enfermedad de hígado graso no alcohólico aumentó 131%, de 16% en 1988 a 37% en 2018.
El nuevo estudio de la Sociedad de Endocrinología reportó un aumento de 127% entre los afroamericanos, 133% en los estadounidenses y 61% entre los estadounidenses de origen mexicano.
A pesar de no representar el mayor aumento, los estadounidenses de origen hispano, especialmente los de origen mexicano, se ven afectados de forma desproporcionada por esta enfermedad, según datos de un estudio publicado por los Institutos Nacionales de Salud (NIH).
Determinados genes aumentan el riesgo de padecer hígado graso, “Hay una mayor prevalencia de una mutación genética que aumenta el riesgo de esta enfermedad en los pacientes hispanos”, señaló Meena Bansal, gastroenteróloga y directora del Centro de Excelencia de EHNA de la Facultad de Medicina Icahn del Mount Sinai de Nueva York.
¿Cuáles son los factores de riesgo?
Entre los factores de riesgo del hígado graso también encontramos trastornos metabólicos como la obesidad, la diabetes, la prediabetes, la hipertensión arterial y la hipercolesterolemia.
Bansal expresó a NBC News que es importante darse cuenta de que una predisposición genética no significa que se vaya a padecer la enfermedad. La mejor manera de evitarla es mantener una dieta sana y hacer ejercicio con regularidad, añadió.
Cirrosis y cáncer son algunas de las consecuencias
El hígado graso no alcohólico es la causa más frecuente de enfermedad hepática en EEUU, según los NIH . También puede provocar afecciones potencialmente mortales, como cirrosis y cáncer en el órgano.
Pero esta “sólo es importante si causa inflamación y cicatrices en el hígado”, según Bansal. Una forma de saber si se está en riesgo es que el médico calcule la puntuación FIB-4, añadió.
Si la enfermedad continúa sin disminuir, puede convertirse en esteatohepatitis no alcohólica (EHNA), que provoca daño celular e inflamación del hígado y, finalmente, cirrosis.
Cambia tus hábitos para prevenir la enfermedad
Aún no existen tratamientos médicos para la enfermedad del hígado graso no alcohólico. Seguir una dieta sana y hacer ejercicio con regularidad puede ayudar a prevenir el daño hepático o a revertirlo en sus primeras fases.
“Es una enfermedad que se desarrolla porque la gente come mal y no hace ejercicio”, afirmó el coautor del estudio Theodore Friedman, endocrinólogo y profesor de medicina tanto en la Universidad Charles R. Drew de Medicina y Ciencia como en la Escuela de Medicina David Geffen de UCLA.
Friedman sugiere evitar la comida basura y los alimentos excesivamente procesados, reducir el consumo de carbohidratos y comer más verduras.
Muchas personas no conocen que padecen la enfermedad, la Fundación estadounidense del Hígado explica que esto se debe a que suele ser asintomática, pero que cuándo sí hay síntomas pueden incluir:
- Fatiga y debilidad.
- Pérdida de peso y de apetito.
- Náuseas.
- Dolor abdominal.
- Vasos sanguíneos en forma de araña.
- Coloración amarillenta de la piel y los ojos (ictericia).
- Picor.
- Acumulación de líquido e hinchazón de las piernas (edema) y el abdomen (ascitis).
- Confusión mental.