Donald Trump y Ron DeSantis están buscando una nominación presidencial republicana para 2024 y lo están haciendo a través de promesas antiinmigrantes de línea dura para atraer el voto de los republicanos que no están de acuerdo con la migración.
Para nadie es desconocido que tanto Trump como DeSantis están en contra de las políticas de migración de la Administración Biden y han alzado la voz contra ella; ahora que ambos buscan ser presidentes, han hecho una promesa que apunta directamente contra la migración si llegan a la presidencia.
Trump va contra los hijos de inmigrantes
Trump se comprometió a negar a los hijos de inmigrantes en Estados Unidos el derecho constitucional a a la ciudadanía automática por nacimiento si gana la carrera electoral 2024.
“Como parte de mi plan para asegurar la frontera, en el primer día de mi nuevo mandato, firmaré una orden ejecutiva dejando en claro a las agencias federales que, según la interpretación correcta de la ley, los futuros hijos de los inmigrantes no recibirán la ciudadanía estadounidense”, dijo Trump en un video grabado desde Mar-a-Lago.
Además, ordenaría a las agencias federales que exijan que al menos uno de los padres sea estadounidense o residente permanente legal para que sus hijos nacidos en Estados Unidos se convirtieran en ciudadanos estadounidenses.
Esos niños, hijos de inmigrantes, que no cumplan con ese requisito, no solo no se les concederá la ciudadanía automática, sino que no se les podrá dar “pasaportes, número de Seguro Social (tampoco podrán ser) elegibles para ciertos beneficios de asistencia financiados por los contribuyentes”.
Este decreto que Trump dictará en su primer día en la Casa Blanca, en caso de obtener la victoria en las urnas, no es más que una estrategia más amplia de asegurar la frontera de Estados Unidos y México.
DeSantis también va contra la inmigración
Como si se hubieran puesto de acuerdo, Ron DeSantis también aprovechó su primer acto de campaña en Iowa para intensificar sus ataques contra la migración.
El gobernador de Florida, un reconocido antiinmigrante, señaló que la frontera se encuentra colapsada y se comprometió en combatir a las ciudades santuario en Estados Unidos si el pueblo estadounidense lo elige como presidente.
“La frontera está colapsada. Millones de inmigrantes ilegales entran, muchos criminales y terroristas y los cárteles de la droga y fentanilo. Somos una nación soberana y nuestra frontera debe ser respetada“, dijo el aspirante a la Casa Blanca ante unas 500 personas que se dieron cita en el auditorio de una iglesia cristiana evangélica en los suburbios de Des Moines donde las pancartas de un “Gran Regreso Estadounidense” se hicieron presentes.
Esta promesa de campaña es parte de su política de línea dura contra la migración que ha manejado desde hace años como gobernador de Florida y que recientemente lo llevó a firmar una de las leyes de inmigración más dura de los Estados Unidos.
De acuerdo conla ley SB 1718, que entrará en vigor a partir del 1 de julio, castigará a las empresas que den trabajo a los indocumentados con fuertes multas, además dará un castigo a los familiares u otras personas que ayuden a este grupo.
La polémica ley tampoco reconoce las licencias para manejar vehículos emitidas por estados más benevolentes con los inmigrantes y obligará a los hospitales a preguntar sobre el estatus migratorio de un paciente registrado.