Por Sergio García
Recuerdo claramente esos paseos por el Parque de La Sauceda, en compañía de mi madre, por allá a mediados de los 70s.
Cada cierto tiempo, salíamos desde la Jesús García, mi madre, mis hermanos y yo, tomábamos un “Pesero” llamado Circunvalación, que nos llevaba por el periférico hasta el Cerro del Coloso, y en el bulevar Transversal nos bajábamos.
Por el vivero, donde hoy está Agua de Hermosillo, por canales y llanos, cruzábamos el lecho seco del río, hasta llegar a las orillas de esos cerros, donde había larga hileras de frondosos árboles.
Era un enorme parque, paseo de los pobres. Con sus lagunas, sus enormes eucaliptos, sauces y mezquites.
Ahí pasábamos el día, sábado o domingo, o el día de algún desfile, comíamos latas de sardinas con pan birote, o “changüichis” de Bolonia Rosarito con queso amarillo y mayonesa…Y por supuesto, una Fanta de naranja.
Igual en La Sauceda, corría un arroyo, frente al cerro de La Campana, lo que quedaba del Río Sonora…
En los campos de La Sauceda también íbamos a ver a mi padre ampayar esos largos juegos de béisbol, siempre detrás del home, imponente, con su negro o azul marino uniforme de ampayar, pechera, zapatos con spykes bien boleado, siempre impecable.
Luego nos tocó jugar futbol de las escuelas primarias, luego los juegos de las intersecundarias, representando a La Prevo, jugando bajo el calor a 45 grados… pero nadie se rajaba, descansábamos bajo las sombras de sus viejos arbolones, de los cuales aún quedan algunos. Igual jugamos futbol en Segunda Fuerza.
Todavía nos tocaron las inundaciones de los 80,s cuando se desbordó la Presa de Hermosillo y el Río Sonora volvió a correr imponente.
En los 90 llegó el saqueo, con rostro de “progreso” y los hermosillenses y sonorenses nos quedamos sin nuestro parque, y a cambio nuestros gobernantes se quedaron con los terrenos y construyeron enormes edificios y negocios, para seguir engrosando sus riquezas.
El anuncio del Gobernador Alfonso Durazo Montaño, de comprar esas 170 hectáreas de cerros de la Cementera para crear el Parque Urbano de La Sauceda, nos regresará un poco de lo que nos han robado…
Por eso yo saludo con nostalgia esta inversión en favor de los sonorenses, y digo que ya era hora, por que estuvimos a punto de que se robaran lo poco que quedaba de La Sauceda.
El gobernador Alfonso Durazo Montaño consolidó la compra de 170 hectáreas de terrenos, colindantes con el parque recreativo, con lo que se formará el Parque Urbano La Sauceda, que tendrá 220 hectáreas de extensión y en el que se invertirán 450 millones de pesos, en una primera etapa.
Bravo por este anuncio, Señor Gobernador, por que frena el saqueo del que hemos sido víctimas de anteriores gobiernos estatales.
Durazo Montaño dijo que,por parte de la Secretaría de Infraestructura y Desarrollo Urbano (Sidur) ya se cuenta con un plan maestro para rehabilitar el parque, fortalecer la movilidad en el interior, con espacios de ciclismo, senderismo y un mirador, así como la forestación un bosque urbano dentro del mismo, a fin de convertirlo en el Chapultepec de Hermosillo.
“Con este terreno de 170 hectáreas, más 50 de La Sauceda, porque son colindantes, Hermosillo cuenta, a partir de la firma de este convenio, con Banorte con 220 hectáreas que representarán el pulmón de la ciudad y que nos garantizará una calidad medioambiental de primer orden”, dijo el mandatario.
Y yo digo, que espero un día volver a pasear por esos terrenos, en paz, con mis hijos y nietos, y ver los campos deportivos llenos y jamás volver a ver el saqueo de supuestos nobles gobernantes, que solamente se enriquecieron a costa de los terrenos más valiosos de Hermosillo.
Seguro mi padre, ese viejo ampáyer, Don Alejandro García Galindo, y miles de beisbolistas y futbolistas de antaño, sonreirán de gusto desde el cielo al ver la recuperación de algo de esos campos deportivos que les fueron escamoteados por ambiciosos políticos, que a cambio nos dejaron un desierto de cemento.
Enhorabuena gobernador Alfonso Durazo, bravo por Sonora.