Expansión
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, aprobó el domingo una declaración de estado de emergencia para California, donde una “bomba ciclónica” ha provocado fuertes ráfagas de viento, lluvias intensas y nevadas desde la semana pasada.
El presidente autorizó al Departamento de Seguridad Nacional y la Agencia Federal de Gestión de Emergencias (FEMA) a “coordinar todas las medidas para la gestión de desastres y aliviar el sufrimiento causado por la emergencia sobre la población local”, de acuerdo con un comunicado de la Casa Blanca.
En los últimos 10 días se han registrado al menos 12 víctimas mortales de incidentes relacionados con el clima en California, dijo el gobernador, Gavin Newsom, en una conferencia de prensa.
Newsom declaró la emergencia estatal el miércoles y autorizó a la Guardia Nacional a apoyar la respuesta al desastre. Las autoridades locales emitieron avisos de amenazas a la vida y la propiedad en gran parte de California.
California, bajo el agua
Los “eventos fluviales atmosféricos”, un fenómeno en el que aire cargado de humedad de los trópicos fluye desde el océano, no son inusuales durante los inviernos en California. Pero el actual ha venido acompañado de una “bomba ciclónica”, una caída abrupta en la presión del aire que genera fuertes ráfagas.
El norte de California aún sufre los efectos de una serie de tempestades en las últimas semanas.
La última fue en Nochevieja y causó derrumbes y cortes de luz. Al menos una persona murió después de quedar atrapada en su automóvil por las inundaciones, dijeron las autoridades.
El 31 de diciembre, San Francisco registró el segundo día más lluvioso de su historia desde que hay registros, con 14 centímetros de precipitaciones.
Regiones en el norte y el centro del estado fueron azotadas durante la noche del miércoles por cuenta de un ciclón bomba que desató torrentes de lluvia.
Las precipitaciones provocaron inundaciones localizadas, mientras vientos fuertes derribaron líneas eléctricas y dejaron sin electricidad a decenas de miles de personas.
La región de mayor riesgo es la del norte de California, especialmente alrededor de San Francisco y Sacramento. Allí se emitieron órdenes de evacuación en los condados de Santa Bárbara y Santa Cruz.
En estas condiciones, los suelos de la región, afectados por una sequía de hace dos décadas en el oeste de Estados Unidos, tendrán dificultades para absorber un nuevo diluvio, lo que aumenta el riesgo de inundaciones repentinas.
“Esta tormenta por sí sola podría causar inundaciones y deslizamientos de tierra localizados”, dijo a la AFP el meteorólogo Matt Solum.
“Pero con las condiciones húmedas recientes (…) cualquier lluvia adicional se deslizará en lugar de ser absorbida por el suelo”, explicó.
Apagones complican la situación
Las fuertes ráfagas de vientos fuerte derribaron líneas eléctricas y dejaron sin electricidad a decenas de miles de personas en California.
Más de 119,00 hogares y empresas seguían sin suministro eléctrico en California la tarde del lunes, de acuerdo con el sitio PowerOutage.us.
Se prevén más tormentas
Los meteorólogos del Servicio Meteorológico Nacional advirtieron de que el norte y el centro de California seguían en la trayectoria de un “implacable desfile de ciclones”, lo que auguraba pocas posibilidades de respiro para la región hasta mediados de semana.
Se espera que las tormentas del lunes y el martes traigan una nueva oleada de lluvias torrenciales, nieve de montaña y vientos dañinos al estado.
Más de 34 millones de personas están bajo alerta de inundaciones en casi todo el estado. Un riesgo moderado, nivel 3 de 4, de lluvias excesivas cubre a más de 26 millones de persona, incluyendo a los habitantes de San Francisco, Sacramento, Los Ángeles y Fresno, indica la cadena CNN.