Por La Opinión
Hace un par de meses los Dodgers de Los Ángeles hicieron el anuncio más esperado por su afición en mucho tiempo: el número 34 del legendario Fernando Valenzuela finalmente será retirado por la franquicia y agregado al “Anillo de Honor” de Dodger Stadium este verano.
La noticia alegró mucho a la base de aficionados más leal de todos los deportes profesionales del país porque han pasado ya décadas desde que Fernando Valenzuela se retiró del béisbol y su número nunca fue usado por nadie más en el equipo, pero oficialmente no está retirado y no había planes de hacerlo. Hasta ahora.
“Finalmente llegué a ese momento”, le dijo Valenzuela a La Opinión en un encuentro reciente en el Valle de San Fernando, el mismo que muchos fans asociaron de manera romántica por su nombre con él durante y después de su carrera en las Grandes Ligas (1980-1997).
“Yo no considero que es mi número”, reveló Valenzuela, a quien el presidente de los Dodgers, Stan Kasten, sorprendió a principios de febrero con la noticia de que el número 34 que “El Toro” de Etchohuaquila portó con el equipo sería retirado durante un fin de semana completo de celebraciones en su honor del 11 al 13 de agosto.
El “Anillo de Honor” de los Dodgers, localizado sobre los graderíos frente al jardín izquierdo del estadio, está compuesto por los inmortales Pee Wee Reese (No. 1), Tommy Lasorda (2), Duke Snider (4), Gil Hodges (14), Jim Gilliam (19), Don Sutton (20), Walter Alston (24), Sandy Koufax (32), Roy Campanella (39), Jackie Robinson (42), Don Drysdale (53) y los cronistas Vin Scully y Jaime Jarrín.
“Para mí fue una sorpresa primero y después alegría”, agregó Valenzuela. “Siempre me preguntaban a mí: ‘¿Cuándo van a retirar tu número?’. Y pues les digo: ‘No, no está en mis manos eso’. Pero sí, la gente va a disfrutar de eso y ya ha habido reacciones y qué bueno, porque realmente yo creo que la afición de Dodgers, que siempre están ahí juego tras juego, tengan algo diferente, de diferentes jugadores que ellos admiran. Entonces para mí eso es lo máximo”.
El hombre que lanzó en 331 partidos para los Dodgers y que ganó 141 de ellos expresó satisfacción por el retiro del mítico No. 34, pero no tanto por él, sino por la fanaticada.
“Yo creo que es para todos ellos. Es el retiro para que [el número] esté allí entre tremendos grandes jugadores que han pasado por Dodgers”.
Cuando se le preguntó a Valenzuela por qué creía que la ilustre organización tardó tanto en decidir retirar su número, que es el máximo honor que un beisbolista pudiera tener en su club, respondió que no sabía, pero recordó que los Dodgers tienen una política de no retirar el número de alguien que no se encuentre en el Salón de la Fama del Béisbol en Cooperstown.
“En el caso mío, creo que hubo reuniones y van a hacer una excepción, de que si no está (sic) en Cooperstown van a retirar ese número, el 34”, apuntó.
Fernando Valenzuela dice cuáles son sus tesoros
Es posible que Fernando Valenzuela sea el deportista del sur de California que más conecta con los aficionados. También podría ser al que más buscan para pedirle una foto o un autógrafo. Esto, más de 40 años después del surgimiento de la llamada “Fernandomanía”, que cautivó al sur de California, a todo el béisbol de Grandes Ligas y no se diga a México.
Ahora Valenzuela también está presente en una tienda de coleccionistas, donde el público puede adquirir piezas especiales de su carrera. The Memorabilia Network se encuentra en el centro comercial Westfield Fashion Square de Sherman Oaks.
“Yo empecé a coleccionar cuando tenía 11 años y era un gran aficionado al béisbol”, dijo Harlan Werner, el dueño de la tienda. “A los 14 años yo estaba mirando a Fernando Valenzuela lanzar durante la ‘Fernandomanía’ y me enganché para toda la vida como fan de los Dodgers y de Fernando”.
Al hablar acerca de los objetos de colección que más valor tienen para él, Valenzuela no titubeó en decir que son sus anillos de Serie Mundial. Ganó dos por los triunfos de los Dodgers en 1981 y 1988. Su explicación es “porque lo ganó el equipo; lo ganaron participando”.
Eso sí, Valenzuela no tiene idea de cuántas pelotas de béisbol, playeras de los Dodgers o fotos ha firmado a través del tiempo.
La cifra, en un cálculo rápido, podría estar en las decenas de miles, tal vez mucho más arriba. Pero él comenta con humildad: “Es agradable saber que el nombre o las fotos o las pelotas firmadas siguen ahí activas”.