México no es el único responsable de extinción de la vaquita marina, dice procuradora de Profepa

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Expansión

La advertencia se cumplió. México recibió una sanción comercial por no proteger adecuadamente a la vaquita marina ni frenar la pesca ilegal de totoaba, ambas especies endémicas del país en peligro de extinción.

Desde el 27 de marzo de 2023, la Convención Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES) ordenó suspender el comercio con México de 3,148 especies de animales y plantas porque, consideró, el país no está haciendo lo adecuado para conservar a la vaquita marina.

Como respuesta, el gobierno mexicano envió a Ginebra, Suiza, donde se ubica la sede de la CITES, a ocho funcionarios de la Secretaría de Medio Ambiente y de Agricultura para intentar revocar la sanción.

Las autoridades del gobierno federal no están de acuerdo con la resolución y han expresado que México recibe un “trato inequitativo” por dos principales razones.

La primera, enumera la titular de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), Blanca Alicia Mendoza Veraes que el país sí se ha esforzado en mejorar el plan de protección a la vaquita.

Y la segunda, que la CITES debería exigir a los países donde se trafica la totoaba que colaboren y aporten recursos económicos. “México no es el único responsable y no es el único que tiene que gastar en esto”, sostiene la procuradora en entrevista.

La extinción de la vaquita marina tiene por causa la pesca ilegal de totoaba. La vejiga de este pez se vende en miles de dólares en países asiáticos, sobre todo en China. Su demanda es alta porque ahí le atribuyen propiedades curativas. Pero en las redes agalleras usadas en la pesca de la totoaba quedan atrapadas, además, especies de vaquita marina.

Por eso la titular de la Profepa, dependencia encargada de cumplir los acuerdos con la CITES, es enfática cuando señala que China, país donde se trafica la totoaba, y Estados Unidos, país de tránsito y comercialización, afirma, deben cooperar con México para reforzar la protección de la vaquita.

“Requerimos que México no trabaje solo. Requerimos la participación, el apoyo, la colaboración de los países de tránsito y destino. La cooperación debe ser estrecha, decidida, pero no solamente en discurso, sino aportando recursos”, detalla.

Esta solicitud la han planteado ante la CITES. México quiere crear un fondo destinado a detener la pesca ilegal de la totoaba en el que aporte dinero el llamado Grupo Trilateral, integrado por México, Estados Unidos y China.

El plan de protección

México tenía hasta el 28 de febrero para entregar a la CITES una nueva estrategia de combate a la pesca ilegal de totoaba. Si no cumplía, se le aplicarían sanciones comerciales. Aunque el país entregó el documento en tiempo, la CITES consideró que no era suficiente ni adecuado y emitió la sanción.

Sobre el plan del país hay distintas voces. La Asociación de Zoológicos, Criaderos y Acuarios de México (Azcarm) criticó duramente la estrategia que presentó México al considerar que tenía graves deficiencias. Según el presidente de esta organización, el plan no contaba con plazos claros para su implementación y no se apegaba a los lineamientos requeridos por la CITES, por lo que ofreció a la Secretaría de Medio Ambiente trabajar con sus expertos en especies marinas para mejorar el plan.

“Es muy vergonzoso que en un asunto tan delicado, tratándose de una de las especies en mayor riesgo de desaparecer del planeta, una vez más, las autoridades mexicanas no hayan recurrido a los expertos para salvar a la vaquita e impedir uno de los peores embargos”, declaró en un comunicado Ernesto Zazueta, presidente de la Azcarm.

En cambio, la organización Sea Shepherd Conservation Society, que trabaja con el gobierno mexicano en la campaña Operación Milagro de protección a la vaquita marina, consideró que los esfuerzos de México están dando resultados.

A través de esta iniciativa se monitorean embarcaciones pesqueras en el Alto Golfo de California para impedir la pesca ilegal de la totoaba, lo que ha disminuido en 79% las horas de esa actividad en la Zona de Tolerancia Cero del Refugio de la Vaquita entre 2021 y 2022, según la asociación.

“Sea Shepherd invita al mundo a unirse a nuestra lucha de nueve años para salvar a la vaquita marina en el Alto Golfo de California”, dijo Pritam Singh, CEO de Sea Shepherd Conservation Society.

Mendoza Vera, titular de la Profepa, reconoce que primero se entregó un plan que requirió ajustes. Pero, sostiene, se consideraron todas las sugerencias de la CITES y la última versión estuvo lista el 24 de febrero. Sin embargo, reitera que México es el país que más se ha esforzado en este tema y, aunque las especies son endémicas de la nación, no se puede frenar el problema sin controlar la demanda en los países que consumen la vejiga de la totoaba.

“México no tiene por qué estar gastando de sus recursos, que debe destinar a cuestiones fundamentales como son salud, educación, etcétera. No tiene por qué estar gastando solo”, subraya.

La vigilancia

Una crítica que se ha realizado al gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador es que durante su administración disminuyó la vigilancia en el refugio de la vaquita marina. Sin embargo, la procuradora de medio ambiente niega esto. Lo que sucede, explica, es que la vigilancia no es únicamente física en el lugar. Sostiene que también se realiza a través de radares.

“Hemos tenido presencia permanente tanto de marinos como de inspectores de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente. Nosotros vamos enviando un mayor número de inspectores cuando llega la temporada de pesca de totoaba para tener una mayor presencia. Cuando no estamos en esta temporada, pues, naturalmente, no se necesita tanta presencia de inspectores como de marinos o elementos de la Guardia Nacional”, indica.

La funcionaria menciona que, en comparación con el gobierno anterior, la administración actual documenta todas las acciones que realiza para proteger a la vaquita marina con fotografías y reportes de los inspectores de Profepa. Adelanta que “renovarán” la manera de hacer esos informes para presentarlos ante la CITES.

Mientras el país se esfuerza en revertir la sanción comercial y en cumplir los criterios de la CITES, también busca reforzar la cooperación internacional para proteger a la vaquita marina.

“Hay un principio general, aplicable y reconocido en materia internacional, que señala que el que daña el ambiente tiene que reparar el daño y hay una participación en este daño al ambiente por parte de estos países. Y esto es indiscutible. No habría esta captura ilegal si no hubiera demanda. Las cosas son muy lógicas y sencillas”, señala.

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