SAN DIEGO, CALIFORNIA.- El video de la agresión contra un joven vendedor de hotdogs, de Navojoa, Sonora y que fue agredido San Diego ha tenido una ola de reacciones de organizaciones civiles y diplomáticos porque quedó en claro que se trató de un a abuso por intolerancia de jóvenes anglosajonas contra el comerciante por ser latino e inmigrante.
“Esa noche era un sábado y hubiera sido como cualquier otro solo que llegaron esas jóvenes alcoholizadas y empezaron a abusar”, dijo a La Opinión el vendedor Andrés Argüelles, de 24 años de edad.
Argüelles tiene un carrito con el que ambula para vender hot dogs y hamburguesas. Las cuatro jóvenes comenzaron a agarran ellas mismas alimentos del carrito, una de ellas revolvió con la palma de una mano la comida para que otros clientes vieran que la contaminaba.
“La gente que me iba a comprar se empezó a ir, porque, pues, ya no les pareció que la comida estuviera manoseada”, dijo Argüelles.
Mientras el joven inmigrante de Navojoa en el norteño estado de Sonora trataba de persuadir a las jóvenes para que dejaran de tocar la comida con las manos, ellas primero ponían precios que presuntamente iban a pagar, pero luego comenzaron a exigir que Argüelles les diera la comida gratis.
“Me dijeron que si no, que iban a llamar a la policía, que yo iba a estar en problemas, que yo era ilegal y otras cosas que la verdad no entendí porque no hablo inglés muy bien” dijo el joven.
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El incidente ocurrió poco después de la 1 de la mañana del sábado 11 de febrero en las inmediaciones de la Universidad Estatal en San Diego (SDSU), justo fuera del estacionamiento del estadio de los Aztecas.
Por la hora, dijo Andrés Argüelles, fue difícil que pasara por ahí la policía universitaria o la policía de San Diego por una avenida cercana. Las jóvenes molestaron durante aproximadamente 40 minutos al vendedor que atendía solo su negocio.
El caso habría pasado inadvertido excepto porque otra joven, ajena al grupo de las que ofendían, quien a esa hora tenía antojo y quería comprar al vendedor ambulante, grabó parte de las acciones de las jóvenes alcoholizadas.
La chica subió el video a redes sociales y en unas horas se había convertido en viral entre los estudiantes de la SDSU y residentes del condado de San Diego.
La SDSU dijo en un mensaje que la actitud de las jóvenes fue inaceptable e informó que luego de revisar, constató que ninguna de las cuatro jóvenes involucradas en la agresión era estudiante de esa universidad. Tampoco sabía qué hacían las jóvenes a esa hora en las inmediaciones del campus.
La Universidad Estatal en San Marcos (CSUSM), en el norte del condado de San Diego, informó que una de las jóvenes en el video es una estudiante actual en ese campus, mientras que otra ha sido alumna pero no actualmente. Dijo que la actitud que mostraron en la agresión “no fue ética y es contraria a los valores de esta universidad”.
En ese campus la organización estudiantil Alpha Chi Omega informó que había sacado de ese grupo a una de las estudiantes en el video en el 2022.
Argüelles dijo a La Opinión que le gustaría que la jóvenes le pagaran por lo que robaron, pues se fueron sin pagar, y por la venta que perdió esa noche, pues los clientes se fueron y no regresaron tampoco días después.
“Pero espero que paguen también por su actitud. Yo digo que no es justo que me traten así cuando lo único que hacía yo era trabajar y ofrecer un servicio que a esa hora y en esa zona no es fácil conseguir”, dijo Argüelles.
El consulado de México en San Diego y varias organizaciones han tenido una ola de reacciones al considerar que la actitud de las jóvenes fue un acto de odio, como se conoce a la intolerancia hacia grupos étnicos, costumbres, apariencia o incluso preferencias sexuales distintas a las de las personas que agreden.
El consulado compensó con $1,000 a Argüelles y vinculó al sonorense con dos abogados asesores del consulado, una de ellas abogada de migración.
El cónsul Carlos González Gutiérrez dijo en un comunicado que “cada vez que se comete un abuso hacia un nacional mexicano, levantamos la voz; nuestra comunidad debe ser consciente de que no toleraremos la agresión, la discriminación o el perfilamiento racial en ninguna de sus expresiones”
La abogada e migración Lilia Velázquez comentó que “recientemente, los vendedores ambulantes han sufrido agresiones, algunas parecen tener motivos raciales. Este grupo vulnerable se ha convertido en un nuevo objetivo para los delincuentes. Incluso si la víctima no sufrió daño físico, la policía debe investigar y procesar estos casos”.
La presidenta de la mayor coalición de organizaciones defensoras de migrantes en el condado, Paulina Reyes, del Consorcio de los Derechos de los Migrantes en San Diego, comentó que “la venta ambulante tiene un significado cultural y económico importante para la comunidad inmigrante y es parte de una larga tradición en todo el condado”.
Dijo que “necesitamos proteger los derechos de los vendedores ambulantes en nuestra región y trabajar para garantizar que sean tratados con dignidad y respeto”.
El abogado Jesús Eduardo Arias informó que está listo para asesorar a Argüelles.
Por su parte dos de organizaciones de comerciantes de dos de las zonas con mayores comunidades inmigrantes, las corporaciones de desarrollo comunitario de City Heights y de Barrio Logan, denunciaron una “ola de ataques xenófobos y racistas dirigidos contra nuestros vendedores ambulantes centroamericanos, mexicoamericanos, indígenas y de habla hispana”.
Para prevenir más problemas para Argüelles, ambas organizaciones ayudan al vendedor a conseguir sus permisos y otras documentaciones.
Mientras que una organización que ha defendido los derechos humanos contra el racismo desde hace décadas, la Liga de Antidifamación, informó que permanece en contacto con el consulado de México por si acaso necesita su apoyo.