The New York Times
Washington.— El presidente Biden declaró ayer que no puede responder a la oleada de violencia con las armas en Estados Unidos, una admisión contundente, luego de que una persona armada mató a seis personas, incluyendo a tres niños, en una escuela en Nashville.
“He llegado al límite de mi autoridad ejecutiva para actuar por mi cuenta contra cualquier cosa sobre las armas”, les comentó Biden a los reporteros, respondiendo a las preguntas acerca de qué acciones podría tomar para impedir los tiroteos masivos.
Fue una sorprendente declaración que ha hecho un presidente, quien básicamente se dio por vencido de cara a uno de los problemas más intrincados que enfrenta la sociedad estadounidense.
Aunque el sistema político ha permanecido cerrado por más de una década a cambios importantes en las leyes sobre las armas —a pesar de un horrible tiroteo tras otro— Biden trató de dejar esa carga a los senadores y representantes quienes hasta ahora se han rehusado a actuar.
Aun cuando tenían mayoría en ambas Cámaras del Congreso durante los primeros dos años del mandato de Biden, los demócratas no pudieron aprobar la prohibición a las armas de asalto, y cualquier esfuerzo que se haga actualmente con toda certeza no va a ser aprobado en la Cámara que está controlada por los republicanos.
Biden rechazó preguntas acerca de si puede o debe hacer más a través de las acciones ejecutivas, tales como tratar de mantener las armas lejos de las manos de criminales o solucionar los problemas de salud mental que usualmente son considerados como la causa de las masacres.
“El Congreso tiene que actuar”, les dijo Biden a los reporteros mientras se dirigía a un evento económico en una planta de semiconductores en Carolina del Norte.
“La mayoría de los estadounidenses piensan que tener un arma de asalto es algo bizarro, que es una locura. Ellos están en contra de eso. Yo creo que el Congreso debería aprobar la prohibición contra las armas de asalto”.
Para ser claro, dijo “no puedo hacer nada excepto suplicarle al Congreso que actúe razonablemente”.
Al hablar posteriormente en el evento de Carolina del Norte, Biden hizo justo eso, urgió al Congreso para que prohiba las armas de asalto y dijo que ellos deberían tratar de mantener “esas armas para la guerra” fuera de las manos de personas que pudieran usarlas para matar niños y a otras personas.
