Un flujo constante de armas de Texas y Arizona alimenta la violencia en México, según autoridades estadounidenses.
El Departamento de Justicia de Estados Unidos ha publicado el informe final del National Firearms Commerce and Trafficking Assessment (NFCTA), que revela el alarmante tráfico de armas hacia México y su impacto en la violencia relacionada con los cárteles.
Este estudio, titulado “Protecting America from Trafficked Firearms: NFCTA Updates, New Analysis, and Policy Recommendations”, detalla cómo estados fronterizos como Texas y Arizona desempeñan un papel crucial en el suministro de armamento a los grupos criminales mexicanos.
El informe destaca que el 63% de las armas rastreadas en México entre 2017 y 2023 provienen de tres estados estadounidenses: Texas (43%), Arizona (22%), y California (9%). Las rutas de tráfico desde Texas conectan con estados mexicanos como Chihuahua, Nuevo León, Coahuila y Tamaulipas. Sin embargo, el flujo más significativo ocurre desde Arizona hacia Sonora, consolidando esta ruta como la más dominante en el tráfico de armas hacia México.
El informe también resalta que 82% de las armas rastreadas en México fueron encontradas en estados con fuerte presencia de los cárteles de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación, evidenciando cómo estas organizaciones utilizan estas armas para consolidar su poder y expandir su influencia.
El informe también destaca el aumento en la colaboración entre los gobiernos de Estados Unidos y México para rastrear el origen de las armas utilizadas en masacres de cárteles y otros crímenes en México.
Entre 2021 y 2023, el número de solicitudes de rastreo de armas realizadas por el Gobierno mexicano aumentó un 25%, según un reporte del 8 de enero publicado por la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF). De las 71 mil 277 solicitudes de rastreo, sólo un tercio pudo vincularse concluyentemente a un comprador en Estados Unidos. Sin embargo, los resultados del rastreo demostraron que 76% de esas armas fueron vendidas en estados fronterizos del Suroeste, principalmente en Texas y Arizona.
Estas armas terminaron involucradas en crímenes en estados mexicanos severamente afectados por organizaciones criminales transnacionales, incluyendo Sonora, Baja California, Chihuahua, Nuevo León, Tamaulipas, Guanajuato, Michoacán, Zacatecas, Jalisco y Sinaloa.
El informe detalla que las armas más traficadas son pistolas calibre 9mm, revólveres calibre .22, rifles AK-47 (calibre 7.62 x 39mm) y variantes del rifle AR-15. En su mayoría, estas armas fueron adquiridas en tiendas minoristas de armas, casas de empeño o directamente de fabricantes en Estados Unidos.
Datos alarmantes
El estudio también documenta un aumento significativo en indicadores relacionados con el tráfico de armas:
Armas fantasma (Privately Made Firearms, PMFs): Entre 2017 y 2023, se recuperaron 92 mil 702 armas fantasma, un incremento de casi 1,600%. Estas armas carecen de números de serie, lo que dificulta su rastreo.
Dispositivos de conversión a ametralladoras: Los dispositivos que transforman armas semiautomáticas en ametralladoras aumentaron su recuperación en un 784% entre 2019 y 2023.
Tiempos de uso más cortos: El tiempo promedio para que una arma legal termine en un crimen disminuyó un 31%, pasando de 4.2 años en 2017 a sólo 2.9 años en 2023.
Impacto en la violencia en México
La disponibilidad de armas de alto poder ha exacerbado la violencia en México. Los cárteles mexicanos han utilizado este armamento para enfrentarse a las fuerzas de seguridad y mantener el control territorial. Esto ha generado un aumento en homicidios, desapariciones y desplazamientos forzados en comunidades afectadas.
El informe también subraya que 82% de las armas rastreadas en escenas de crímenes en México fueron encontradas en estados con presencia dominante de los cárteles de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación.
Esfuerzos de interdicción y recomendaciones
El informe resalta que entre 2017 y 2021, la ATF inició más de 1,011 investigaciones de tráfico de armas hacia México, logrando recuperar 1,082 armas antes de que cruzaran la frontera.
Entre las recomendaciones clave para mitigar este problema, se incluyen:
Ampliar los controles de antecedentes: Este mecanismo ha demostrado ser efectivo para evitar que personas peligrosas adquieran armas.
Fortalecer las herramientas de inteligencia de ATF: Sistemas como eTrace y el National Integrated Ballistic Information Network (NIBIN) deben ser expandidos para proporcionar más información estratégica.
Regulación de ventas en tiendas minoristas y casas de empeño: Un alto porcentaje de las armas traficadas provienen de estos establecimientos, según los datos del reporte.
El informe del NFCTA deja claro que el tráfico de armas desde Estados Unidos a México no sólo alimenta la violencia en el país vecino, sino que también representa una amenaza directa para la seguridad en ambos lados de la frontera.
Combatir este flujo ilícito requiere mayor cooperación entre los gobiernos de ambos países, un fortalecimiento de las leyes existentes y un incremento significativo en la financiación de los programas de interdicción y rastreo de armas. Sólo así se podrá reducir el poder de fuego de los cárteles y minimizar su impacto devastador en las comunidades.