Por Sergio García
Luego de ser la riqueza de Guaymas, la pesca ribereña y el cooperativismo pesquero fueron demolidos por el neolberalismo en el sexenio de Carlos Salinas de Gortari.
El cooperativismo pesquero dejaba anualmente en Guaymas cien millones de dólares a finaloes de los 80, recursos que rolaban entre bancos, banqueros, empresarios, cooperativistas, pescadores, gasolineros, ambulantes, y en todos los hogares de Guaymas y Empalme.
Ahora esos cien millones de dólares se han multiplicado, pero sólo se reparten entre diez o 20 familias de Sonora, gracias a las “leyes justicieras” del neoliberalismo salinista y zedillista.
La pesca en Sonora sobrevive en el naufragio. Este 2024, ha sido uno de los peores años en las últimas décadas para el cooperativismo
Para muestra basta la desastrosa temporada de camarón, tanto para los ribereños como para los productores de alta mar.
Sí usted o yo creemos que la pesca depende de los caprichos de la naturaleza estamos totalmente equivocados.
Desde la semana anterior las pangas de los ribereños amarraron porque las capturas han sido bajísimas, pero muy bajas.
De Guaymas sólo se hicieron a la mar 50 de las 540 embarcaciones que llegaron a salir en épocas de bonanza.
El primer viaje para la pesca de altura también ha sido malo, al grado que varios armadores ya piensan en amarrar sus barcos para el segundo o cuando mucho el tercer viaje.
Desde la represión y amenazas contra el cooperativismo pesquero sonorense perpetradas por el gobierno de Carlos Salinas las cosas han ido empeorando.
Quienes conocen la historia no la olvidan. El neoliberalismo en su máxima expresión. Cambiaron las leyes, modificaron los reglamentos y las especies reservadas, como el camarón, pasaron al control de las hambrientas fauces de caciques y políticos.
Han pasado los años, los sexenios, los gobiernos y políticos de pintan de distintos colores, tratan de seducir con sus discursos, prometen, juran y nada.
Ninguno les ha cumplido. Y ninguno es empezar por el presidente de la república, luego los diputados federales y senadores.
LAS LEYES CONTRA LOS PESCADORES
Las leyes están mal, los reglamentos peor. Castigan al verdadero pescador, ése que se parte el lomo todos los días en el mar y mira sus redes cada vez más vacías.
Hay que admitirlo. El periodismo sonorense también se ha olvidado de la actividad pesquera, mucho más del sector social y sus carencias.
Por fortuna, el malestar y la desesperación de los cooperativistas empieza a encontrar cauce a través de la organización, la unidad y las propuestas de trabajo.
Hablamos de los verdaderos cooperativistas, de los que se mojan las patas en el charco salado y no de oportunistas que quieren seguir parasitando del gobierno.
Esta semana fue electo el guasavense Álvaro Franco Castro como nuevo presidente de la Confederación Nacional de Cooperativas Pesqueras. Y viene bravo, dicen.
Por allá anduvo, en la Ciudad de México, el líder de la Federación de Cooperativas Pesqueras Puerto de Guaymas, Jesús Presiche Olachea.
El Presiche trae bien alborotada a la raza con el objetivo de organizar un Foro Pesquero en este puerto, al que acudiría lo más granado del cooperativismo sonorense.
Ya invitó, por supuesto, a Franco Castro y créame que los de Sinaloa han de estar bastante inquietos con lo que pasa.
HERIBERTO AGUILAR, UN RAYO DE ESPERANZA
También visitó al senador de Morena, el guaymense Heriberto Aguilar Castillo, a quien expuso la problemática y la necesidad de respuestas.
Presiche Olachea regresó contento, al parecer encontró un nuevo aliado en el Senador guaymense y se tejieron compromisos.
Para Heriberto Aguilar, si así lo entiende y decide en consecuencia, es una gran oportunidad de hacer algo por uno de los sectores sociales más castigados.
Y claro, sus bonos políticos se elevarían aún más pues en la pesca participan más de 20 mil cooperativistas desparramados por todos los municipios costeros.
Como le decía, el tema de la pesca se ha estado viendo de reojo y es tiempo de voltear hacia allá.
Para ver los terribles estragos y contaminación que producen las granjas acuícolas, la mayoría en manos de caciques y políticos de apellidos muy conocidos.
Para ver el saqueo de pez dorado que perpetran decenas de gringos disfrazados de turistas con la complacencia casi servil de las autoridades mexicanas.
Para ver la entregadera de permisos a vivales que se la viven pegando de gritos y exigiendo apoyos del gobierno. Son cooperativas sin gente, sociedades sin socios.
Para ver cómo los verdaderos pescadores claman sin respuesta por permisos para callo de hacha, pulpo y escama, por mencionar algunas especies.
Habrá que ver cómo y cuando se organiza el mentado Foro Pesquero, las propuestas que de ahí emerjan y, sobre todo, las respuestas y compromisos del gobierno.
Son tiempos de justicia, no de peleas; son tiempos de unidad, también de propuestas.
La raza en Sonora se empieza a alborotar en el buen sentido, quieren apostarle al optimismo y al trabajo. La llama de la lucha pesquera puede arder de nuevo en el mar y encender desde Yavaros hasta San Luis Riito, pasando por Peñasco, Caborca, Kino, Guaymas, Empalme, Cajeme y Navojoa.
Sigamos atentos, los pescadores son gente que produce alimentos para nuestras familias; son miles que contribuyen al progreso de Sonora…
