Científicos de la Universidad de Utsunomiya en Japón han descubierto que las plantas entran en un estado inactivo después del uso de anestésicos, similar a lo que sucede en los humanos. En el estudio, plantas como los guisantes, los berros y las venus atrapamoscas ya no respondían a los estímulos externos después de la administración de anestésicos.
Tan pronto como los efectos de la medicación desaparecieron, “volvieron a la vida” y mostraron sus reacciones típicas. Entonces, ¿es esto evidencia de conciencia vegetal?
¿Conciencia sin sistema nervioso?
Muchos científicos se muestran escépticos. El biotecnólogo Devang Mehta de ETH Zurich señala que las plantas no tienen sistema nervioso. Sostiene que la comparación con los estados de conciencia humanos es una distorsión antropomórfica, es decir, un intento de transferir características humanas a otros seres vivos.
El efecto de los anestésicos también podría explicarse en términos puramente celulares. Los anestésicos cambian la forma en que funcionan las membranas celulares y las desactivan temporalmente, un efecto que ocurre tanto en células animales como vegetales. Entonces, ¿es todo esto sólo un efecto físico y no un rastro de conciencia?
Las plantas como comunicadoras silenciosas
A pesar de estas dudas, hay científicos que creen en la inteligencia de las plantas. Las investigaciones muestran que las plantas se comunican entre sí y con su entorno. Intercambian señales químicas con hongos y animales e incluso parecen exhibir algún tipo de comportamiento social.
Según la ecologista forestal Suzanne Simard de la Universidad de Columbia Británica, los árboles del bosque ayudan a los miembros más débiles de su especie intercambiando nutrientes a través de redes subterráneas. Estos “árboles madre” nutren las plántulas jóvenes y desempeñan un papel importante en la superviviencia del bosque.
Además, un estudio de la científica Monica Gagliano demostró que las plantas pueden aprender de la experiencia. Sus experimentos con Mimosa pudica, una planta que dobla sus hojas cuando la tocan, demostraron que reconocía rápidamente cuando no había peligro y luego dejaba sus hojas abiertas. Aún más sorprendente: la planta conservó esta capacidad durante varias semanas.
¿Inteligencia oculta?
Stefano Mancuso, un destacado investigador en neurobiología vegetal, cree que las plantas son inteligentes a su manera, incluso sin cerebro ni sistema nervioso. Desarrollan estrategias de supervivencia, reconocen otras especies y se adaptan a su entorno. Su investigación sugiere que es posible que necesitemos ampliar nuestra comprensión de la inteligencia para aprovechar todo el potencial de las plantas.
Hay mucha más inteligencia en el mundo vegetal de lo que la gente piensa. Al parecer, los humanos no son las únicas criaturas “inteligentes” de este planeta.
El filósofo Michael Marder va aún más lejos y sugiere que las plantas están en constante armonía con su entorno y toman decisiones complejas que indican un profundo conocimiento de su entorno. Entonces, ¿podría ser que subestimamos a las plantas porque no podemos medir su inteligencia en términos humanos?
¿Y si todo lo que nos rodea fuera inteligente?
En última instancia, la cuestión de la conciencia vegetal sigue abierta. Algunos científicos sostienen que deberíamos cuestionar nuestros prejuicios humanos antes de descartar categóricamente la conciencia vegetal. La idea de que la inteligencia y la conciencia se limitan al cerebro puede ser demasiado limitada.
Incluso podría ser que el mundo vegetal que nos rodea tenga una vida interior profunda que antes habíamos pasado por alto. Puede que no seamos lo suficientemente inteligentes para reconocerlo.