Publicado en Prensa Americana
Por Marcos Guillermo Robertson Andrade
El 3 de febrero del presente año, en el estado de Ohio, EE.UU. específicamente en la ciudad de East Palestine, que limita con Pensilvania, un tren se descarrilo y exploto con múltiples contenedores de cloruro de vinilo un químico que al quemarse se convierte en fosfogeno, un gas altamente toxico, que fue utilizado como arma química en la segunda guerra mundial, las autoridades prendieron fuego a la sustancia, en vez de recolectarla con medidas de seguridad específicas para esos casos.
Más de 5,000 personas fueron evacuadas y a menos de un mes de lo sucedido los habitantes del lugar no han podido regresar a sus hogares, existen múltiples evidencias de vecinos y organizaciones medioambientales que ya habían reportado anteriormente el peligro de transportar la sustancia de esa manera.
Los ciudadanos también alzaron la voz por sospechas ante el supuesto intento de ‘cubrir’ lo sucedido a lo que se refirieron como un Chernóbil, tras la identificación de un globo espía sobre el espacio aéreo de Estados Unidos, evento que acaparó los reflectores de los medios de comunicación.
Funcionarios ambientales dijeron que cerca de 45.000 animales murieron como resultado de las sustancias emanadas tras el descarrilamiento. Los animales murieron en un radio de 8 km a la redonda del lugar del accidente, dijeron las autoridades.
También un grupo de cinco científicos medioambientales murieron el miércoles de la semana pasada en un sospechoso accidente de avión en Arkansas cuando se dirigían a Ohio para investigar sobre una explosión en una fábrica metalúrgica en la que murió un trabajador y otros 13 resultaron heridos.
Se piensa que estos desastres son comparables con Chernóbil por el gran impacto que tendrá en la salud pues los restos serán volatizados y regados por la corrientes del viento por los próximos años, así como la posible contaminación del lago Erie, el fosfogeno es un precursor de cáncer en las vías respiratorias.