Los inmigrantes en Estados Unidos se enfrentan a una creciente ola de desinformación y bulos que amenazan no solo su tranquilidad, sino también su seguridad y derechos humanos. Esta tendencia, exacerbada por figuras políticas prominentes y plataformas de redes sociales en varios países, tiene el potencial de ser catastrófica.
La desinformación en el debate político
El 21 de septiembre de 2024, durante el último debate presidencial, el candidato republicano Donald Trump dijo: “En Springfield, Ohio, las personas que están entrando a nuestro país se están comiendo los perros, los gatos, las mascotas de las personas que viven allí. Eso está pasando en nuestro país, es una vergüenza”.
Esta afirmación, completamente infundada, se originó en una publicación viral en la plataforma X (anteriormente Twitter) realizada por un usuario anónimo el 15 de septiembre. A pesar de ser desmentida rápidamente por las autoridades locales de Springfield, el rumor se propagó hasta llegar al más alto nivel político.
Casos internacionales
La situación en Estados Unidos no es un caso aislado:
- Inglaterra: El 29 de julio de 2024, un menor británico de padres ruandeses asesinó a tres niñas en Southport. Horas después, cuentas en redes sociales difundieron la falsa información de que el atacante era un “inmigrante musulmán” llamado Ali Al Shakti. Figuras influyentes amplificaron el bulo, llevando a protestas violentas en ciudades como Manchester, Leeds y Nottingham. Más de 400 personas fueron detenidas en los disturbios subsiguientes.
- Desde 2018, en Chile, Aldo Duque, excandidato a la alcaldía de Santiago, ha sostenido una campaña activa contra los inmigrantes irregulares. No obstante, en el transcurso de su campaña electoral, surgieron evidencias de que, ejerciendo como abogado, defendió a individuos vinculados con el narcotráfico. En 2024, Duque se vio obligado a declinar su candidatura ante cuestionamientos sobre su conducta.
- Grecia: El 11 de mayo de 2023, Babis Anagnostopoulos, un piloto de helicóptero griego asesinó a su esposa Caroline Crouch, de nacionalidad británica. Inicialmente, Anagnostopoulos culpó a “inmigrantes albaneses”, lo que llevó a redadas policiales en comunidades de inmigrantes. El 27 de junio de 2023, Anagnostopoulos fue condenado a 27 años y medio de prisión por el asesinato.
La viralización del odio
El poder de las redes sociales para amplificar la desinformación quedó demostrado en el caso de Southport. Según un análisis de Reuters, las afirmaciones falsas sobre la identidad del atacante fueron vistas al menos 15.7 millones de veces en diversas plataformas en menos de 48 horas.
El 3 de septiembre de 2024, en Mocejón, Toledo, un niño de 11 años fue brutalmente apuñalado mientras jugaba al fútbol. Antes de que se conocieran los detalles del caso, perfiles partidarios en redes sociales acusaron a inmigrantes marroquíes del crimen. La posterior detención de Juan Pérez, un joven español de 20 años demostró la falsedad de estas acusaciones.
Hacia una solución legal
En España, el 8 de noviembre de 2022, se produjo la primera condena por difusión de noticias falsas contra inmigrantes. Un agente de la Guardia Civil fue sentenciado a 15 meses de prisión por compartir en 2019 un vídeo fuera de contexto, atribuyendo falsamente un crimen violento ocurrido en China a un inmigrante marroquí en Canet de Mar, Cataluña.
El fiscal de Barcelona, Miguel Ángel Aguilar, especializado en estos delitos, enfatiza la importancia de analizar el contexto y el impacto social de los hechos. Resalta la necesidad de determinar si los comentarios constituyen un discurso de odio reiterado o si se trata de reacciones esporádicas
La utilización de la tragedia de los inmigrantes para fomentar lo que podría convertirse en una peligrosa oleada de racismo y vulnerabilidad debe ser contenida responsabilizando a sus incitadores de manera oportuna.
The New York Times
