En su primer día en el tribunal de quiebras en EU, Tupperware enfrentó una disputa con sus acreedores que amenaza las comisiones de 465 mil vendedores que van casa a casa en Norteamérica, Sudamérica, Asia-Pacífico y Europa.
El enfrentamiento amenaza con anular los planes de reactivación de Tupperware antes de que la compañía tenga la oportunidad de realizar una subasta supervisada por un tribunal diseñada para atraer inversionistas dispuestos a salvar el negocio que está perdiendo dinero. Esto se debe a que Tupperware tiene sólo 7.4 millones de dólares en efectivo y no puede gastar nada sin la aprobación de los acreedores. La empresa debe a sus vendedores 1.4 millones de dólares por comisiones acumuladas.
Los acreedores, incluidos Bank of America y los fondos de cobertura afiliados a Alden Global Capital y Stonehill Institutional Partners, se han negado a permitir que Tupperware gaste el dinero. En lugar de eso, pidieron al juez de quiebras estadounidense Brendan Linehan Shannon que sacara a la empresa de la quiebra, una medida inusualmente agresiva en un caso con miles de empleos en juego y más de 800 millones de dólares de deuda en default.
Si los acreedores tienen éxito, terminarían ejecutando la empresa, acortando cualquier proceso de venta.
La compañía estuvo el jueves en el tribunal en Wilmington, Delaware, para una audiencia preliminar. En circunstancias normales, Shannon habría dado permiso a la empresa para pagar a sus empleados y proveedores críticos.
A los prestamistas que luchan contra Tupperware se les debe unos 460 millones de dólares, lo que les otorga la mayor parte de la deuda a largo plazo de la empresa.