El reciente brote de gripe aviar H5N1 en Estados Unidos ha tomado un giro inquietante al extenderse a las vacas lecheras en California, un estado que lidera la producción de leche en el país. Con aproximadamente 1,7 millones de vacas lecheras, la expansión del virus a tres rebaños en esta región ha encendido las alarmas entre los funcionarios de salud federales y estatales. Desde la primera confirmación del brote en marzo, el virus se ha propagado rápidamente, afectando ahora a 197 rebaños en un total de catorce estados.
Karen Ross, secretaria del Departamento de Alimentación y Agricultura de California, afirmó que la llegada del virus a su estado no fue una sorpresa. Desde principios del año, se habían preparado para este escenario, especialmente después de que otras regiones reportaran infecciones similares en sus granjas lecheras. La experiencia previa de California con la influenza aviar altamente patógena (HPAI) en aves de corral ha proporcionado un marco de preparación que ahora es crucial para enfrentar esta crisis en el sector lechero. Ross subrayó que la salud de los trabajadores y la seguridad pública son las principales prioridades en la respuesta a este brote.
Las autoridades creen que las infecciones en California probablemente se deban al traslado de ganado, pese a las órdenes federales que exigen pruebas antes de mover el ganado entre estados. Hasta el momento, se piensa que el origen del brote en las vacas lecheras podría rastrearse a un contagio inicial de aves silvestres a ganado en Texas, lo que luego facilitó la propagación del virus entre los animales, así como a través del contacto con equipos de ordeño y la manipulación por parte de los trabajadores.
El H5N1 ha causado estragos en las poblaciones de aves silvestres a nivel mundial, y su llegada a Estados Unidos fue documentada por primera vez en 2022. A diferencia de brotes anteriores, la cepa actual, conocida como clado 2.3.4.4b, ha mostrado una capacidad inusitada para infectar a diferentes mamíferos, y el brote en el sector lechero de Estados Unidos representa el primer caso conocido de infecciones entre vacas.
Pese a las medidas adoptadas por las autoridades federales para contener la propagación, el número de rebaños afectados ha seguido en aumento, con 17 nuevos brotes reportados en el último mes. Colorado, con 64 rebaños infectados, es el estado más afectado. Es también el único que ha implementado pruebas de leche a granel para detectar el virus, lo que ha resultado en la identificación de 11 rebaños infectados desde que se ordenaron las pruebas en julio. A pesar de estos esfuerzos, se teme que los números oficiales subestimen el verdadero alcance del brote, dada la limitada capacidad de pruebas en otras regiones.
Afortunadamente, el riesgo para la salud pública general sigue siendo bajo. El virus no se transmite a través de la leche pasteurizada ni de productos lácteos, y la mayoría de las vacas infectadas se recuperan en pocas semanas. Sin embargo, los trabajadores agrícolas que están en contacto directo con los animales infectados corren un mayor riesgo de contraer el virus. Hasta ahora, se han registrado 14 casos de infección entre trabajadores, incluidos aquellos en granjas lecheras y avícolas. Aunque las infecciones han sido leves y no ha habido evidencia de transmisión de persona a persona, los expertos temen que la exposición continua pueda llevar a una adaptación del virus que podría desencadenar una pandemia más grave.
La creciente preocupación llevó a los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) a anunciar una iniciativa de 5 millones de dólares para vacunar a los trabajadores agrícolas contra la gripe estacional. Esta medida busca prevenir la coinfección de H5N1 y las cepas de gripe estacional, un escenario que podría dar lugar a nuevas variantes virales mediante un proceso conocido como redistribución genética. La vacunación se presenta como una estrategia clave para evitar que la mezcla de estos virus derive en una cepa más peligrosa y transmisible.
