AFP
El pasado miércoles, el gobernador del estado de Ohio, Mike DeWine, dijo a los residentes que viven cerca del lugar donde ocurrió el descarrilamiento de un tren con gas tóxico, que es “seguro” beber agua del área donde ocurrió el percance. Mientras tanto, las autoridades investigan las posibles consecuencias ambientales del accidente registrado a principios de este mes.
El descarrilamiento del tren de carga en la ciudad de East Palestine, al noreste de Estados Unidos, provocó un incendio generalizado y la liberación al aire de humos tóxicos, incluso de cloruro de vinilo, un gas incoloro usado como arma química en la Primera Guerra Mundial y considerado cancerígeno por el Instituto Nacional del Cáncer estadounidense.
Mike DeWine, declaró más temprano a la cadena CNN que si bien la calidad del aire en East Palestine era “segura”, era mejor que los residentes aún no bebieran el agua por precaución.
“Ayer tarde recibimos una prueba del agua en el pueblo y en el primer pozo que probamos el agua estaba bien”, dijo. Sin embargo exhortó a la gente a “usar agua embotellada”. “No se arriesguen”, dijo.
La noche del miércoles, el funcionario tuiteó que nuevas pruebas mostraban que “no se ha detectado contaminantes en el sistema municipal de agua de East Palestine. Con estos resultados de las pruebas, @OhioEPA confía en que el agua municipal es segura para beber”.
El tren Norfolk Southern, con aproximadamente 150 vagones, se accidentó cuando transportaba carga de Madison, Illinois, a Conway, en Pensilvania, el 3 de febrero.
Este accidente resultó en el descarrilamiento de 38 vagones, luego de lo cual “se produjo un incendio que dañó otros 12”, según indicó la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte en un comunicado el martes.
De las secciones que descarrilaron, 11 transportaban materiales peligrosos, incluidos cloruro de vinilo, acrilato de butilo y otros productos químicos, indicó la NTSB.