Códice Mendoza: cómo los mexicas castigaban a los niños mal portados

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En la antigua civilización mexica, la crianza de los niños estaba profundamente influenciada por prácticas y creencias que buscaban forjar individuos disciplinados y obedientes.

Los castigos impuestos a los niños desobedientes eran severos y representaban un rígido sistema de control social destinado a mantener el orden y la estabilidad en la comunidad.

Estos métodos disciplinarios, que hoy podrían parecer extremos, reflejaban la importancia de inculcar el respeto a la autoridad y la adhesión a las normas desde una edad temprana.

Los castigos para niños mal portados

Las prácticas que utilizaban para disciplinar niños están registradas en el Códice de Mendoza, documento mandado a elaborar por Antonio de Mendoza, primer virrey de Nueva España, para que el rey Carlos V conociera la historia y organización social de los mexicas, de acuerdo con la Secretaría de Cultura de México.

Este códice ofrece una detallada descripción de estos castigos, incluyendo las edades de quienes los merecían.

En el castigo más severo, se obligaba al niño de once años a inhalar el humo de una hoguera de chiles. Al parecer, este castigo también se aplicaba a las niñas, aunque en la viñeta del Códice Mendoza sólo se muestra a la madre amenazándola con ello, según la revista del Instituto Nacional de Antropología e Historia Arqueología Mexicana.

A los niños de ocho años que mentían se les amenazaba con un castigo utilizando púas de maguey. Estas púas se colocaban frente a ellos como advertencia de lo que le podría ocurrir. Las niñas también recibían la misma amenaza en caso de mentir.

Si un niño de nueve años cometía faltas como realizar mal una tarea o mostrar pereza, se le ataba de manos y pies y su padre le infligía punzadas con espinas de maguey en varias partes del cuerpo como castigo. En el caso de las niñas de esta edad, el castigo era más suave; sólo se les pinchaban las muñecas con las mismas espinas.

También era común que los niños y niñas de 10 años fueran castigados con azotes y amarrados de las manos.

Otro castigo igual de duro que inhalar el humo de los chiles era el que se aplicaba a los niños de doce años, donde el niño desnudo es atado de manos y pies, y se le deja acostado todo el día sobre el suelo mojado como parte de su castigo. En contraste, la niña es castigada al ser obligada a barrer tanto su casa como la calle durante la noche.

El códice Mendoza

El códice consta de 71 páginas divididas en tres secciones. La primera enumera los tlatoanis mexicas, registra los pueblos sometidos y describe la vida cotidiana de los mexicas. Comienza con la fundación de México-Tenochtitlan y la leyenda del águila sobre el nopal, abarcando desde el inicio de la ciudad hasta la caída de Moctezuma Xocoyotzin, e incluye los pueblos conquistados por el imperio mexica.

“En la segunda sección se presenta la extensión del poderío mexica, los pueblos conquistados y los tributos que éstos les hacían, como maíz, frijoles, armas, águilas, plumas de quetzal, oro, entre otras cosas”, menciona la Secretaría de Cultura de México.

La última sección del códice detalla la organización social y las costumbres de los mexicas. Describe la educación en colegios, la instrucción en el Ejército, los tipos de guerreros y sus armas, y sus triunfos. También presenta diversos oficios, fiestas, ceremonias, juegos y tradiciones. Algunas láminas muestran el interior del palacio de Moctezuma y se describe el sistema de justicia, especificando delitos graves y sus castigos.

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