En México más de 21,000 personas se encuentran en la lista de espera para recibir un trasplante de órgano o tejido, situación que lleva a las familias a puntos de desesperación tan grandes, que algunas optan por buscar opciones en el mercado ilegal, arriesgándose a caer en manos de charlatanes, como le ocurrió a una familia de Chihuahua, que fue asesinada por un enfermero.
Hace seis años la familia Romero murió a manos del enfermero auxiliar del IMSS (institución gubernamental que brinda atención médica a trabajadores asalariados), quien, de acuerdo con las autoridades, acudió a la casa de las víctimas en compañía de su esposa e hijo y abrió fuego contra ellos. Le habían pagado por un riñón y, al no recibirlo, le reclamaron.
El acusado, identificado como Jorge Alberto, recientemente fue condenado a 172 años y seis meses de prisión por los homicidios de cinco víctimas. Además, se le impuso un pago por la reparación del daño material por la cantidad de 9.5 millones de pesos mexicanos, según informó la Fiscalía de Chihuahua.
El 29 de junio de 2018, el ahora condenado disparó con un arma de fuego a las víctimas, quienes le reclamaban la entrega de un riñón, órgano por el que le habían pagado la cantidad de 500,000 pesos y que sería para una de las personas asesinadas.
De acuerdo con el diario El Universal, un hombre con daño renal por diabetes lo contactó debido a que estaba en el último lugar de la lista de espera por dicho órgano. El enfermero le dijo que con el pago de medio millón de pesos le conseguiría el riñón y lo operaría en la institución.
Sin embargo, ese no fue el único crimen cometido por Jorge Alberto, ya que se encuentra preso desde 2022 purgando otra condena por el homicidio de una mujer cometido en diciembre de 2017, quien aparentemente le reclamó por una plaza de trabajo que le prometió a cambio de dinero.
Modus operandi
Según el diario El Universal, el enfermero tenía un modesto sueldo como auxiliar, el cual contrastaba con su lujoso modo de vida, ya que poseía al menos 10 autos de lujo. Los recursos provenían de la venta de plazas y órganos, todos en la dependencia sabían que podía conseguir un mejor puesto a cambio de fuertes sumas de dinero.
Muchas personas acudieron a él para conseguir un mejor empleo, otras más para obtener un órgano para poder vivir. Tenía como cómplices a un médico –aún no identificado– y a Juan A., quien se desempeñaba como encargado de la Bolsa de trabajo en el IMSS y colocaba a quienes pagaban al enfermero por ello.
Pero en varios casos no cumplió con lo acordado, por lo que sus víctimas le reclamaban ya que le habían dado mucho dinero, la respuesta a los cuestionamientos generalmente era la muerte, pues lejos de resolver la situación decidía asesinarlos.
Su esposa y su hijo quedaron en libertad, la Fiscalía presentará un recurso de apelación por ello, pero se ha informado que la mujer actualmente está prófuga.