Por Sergio García
NOGALES, Son.- Los que nacimos a finales de los 60’s somos hijos de la devaluación. Sufrimos la devaluación de 1976, con Luis Echeverría Álvarez, que devaluó de los 12 pesos a los 24 causando verdadera crisis nacional.
Luego vino su amigazo, José López Portillo, quien fue un mar de corrupción, de saqueo nacional, con esas pandillas de ilustres apellidos del PRi, y que nos siguen gobernando, tales como José Andrés De Oteyza, Salinas, Aspe, Hank, De la Madrid, Gamboa Patrón, García Paniagua, y muchos más, y que causaron la gran devaluación de 1982… Es decir, luego de un sexenio de despilfarro, se vino la devaluación.
Después de esto vino la gran devaluación de 1988, a manos de Miguel de la Madrid Hurtado, quien siguió con su clan de ladrones priístas, con la variante de que aquí surgió el gaypower o como lo llamó Carlos Loret de Mola, la Cofradía de la mano caída… Aquí ya los Salinas de Gortari se habían apropiado de las finanzas nacionales. Y es donde le quitaron los 3 ceros al peso… Es decir, ya un litro de leche costaba 30,000 pesos, y por arte de magia, de esas mentiras que nos inventan, pasó a costar 30 Nuevos Pesos.
En el sexenio de Carlos Salinas de Gortari, el que ya conocieron los más jóvenes, nos vino una devaluación gigante en 1994, y se acusan entre Salinas y Ernesto Zedillo, ya que ocurrió en el mes de diciembre… El error de diciembre, que nos costó 20 mil millones de dólares que los gringos nos “prestaron”, por ser buena onda. Fue en estos dos sexenios, de Salinas y Zedillo en que nos jodieron todo, en todo…
Sin ser experto, recuerdo así, a vuelo de pájaro, la venta de Ferromex, Telmex, el regalo de Imevisión, Canal 13 o TVAzteca a los primos Salinas, la destrucción de las cooperativas pesqueras, el robo de los barcos, congeladoras, el aumento del IVA hasta el 16%; más devaluaciones, el regalo de los bancos a las empresas privadas… Y luego el rescate de todas esas empresas propiedad de una bola de ratas del PRI que ahora nos quieren hablar de moral.
Guaymas es el mejor ejemplo en Sonora, de una sociedad completa que pasó de la abundancia a la ruina, de la felicidad a la tristeza, en un solo sexenio… Los cooperativistas se quedaron sin barcos, sin lanchas, sin camarón, sin congeladores, sin nada, de un día para otro… ¿Y adivinen quien estaba en eso? Salinas y Beltrones… Eran cien millones de dólares anuales que se repartían en el pueblo, pero de la noche a la mañana esos millones quedaron en unas cuantas manos.
Todo se fue al traste…
Debo reconocer que los sexenios de Calderón, Fox, y Peña Nieto, las cosas transcurrieron sin demasiados sobresaltos…
Por eso ahora que este sexenio está por terminar, con grandes proyectos nacionales, refinería, tren maya, tren interoceánico, obras públicas por todo el país… ¿Y nos quieren vender con que eso está mal?
Tabasco. En ese Estado del tren maya Morena arrasó con un 80% de la votación. ¿Quién más puede evaluar la obra del tren maya, sino los mismos pobladores? ¿Estarán contentos los tabasqueños con esa obra? Es evidente que sí…
La arbitrariedad de Andrés Manuel López Obrador para hacer obra se debe a que las reglas de la política, de la democracia, y el abuso de ellas con un Poder Judicial corrupto, hubiera impedido cualquier trabajo. Todavía estuviéramos resolviendo amparos sobre el tren maya y el ferrocarril.
A veces hace falta en las democracias esos gobernantes. Porque se deben resolver los problemas urgentes.
En la imperfecta democracia que era el imperio romano, en época de crisis, el mismísimo senado nombraba un dictador, con poderes absolutos para que resolviera las crisis, sobre todo militares.
Esas variantes son necesarias cuando las democracias no funcionan. Y no importa si esa dictadura temporal es de izquierda o de derecha.
LA DICTADURA
La dictadura no es reprobable en sí, sino el enamoramiento del poder. Eso es lo que está mal. Que la persona se enamore del poder y se crea indispensable.
Benito Juárez se enamoró del poder, y si no se muere, hubiera pasado a ser un dictador. A pesar de que ya tenía doce años en el poder. El mismo número de años que Pinochet. Sólo que Pinochet, sí convocó a elecciones y perdió… Y se fue. Pero Pinochet era un dictador y Benito un héroe. Ambos llegaron por la vía de la violencia… Paradojas de la vida.
Fidel Castro (que el diablo lo tenga en el infierno) fue un miserable asesino convertido en semidiós con el apoyo de los gringos, que gobernó casi medio siglo y que dejó en la hambruna a un pueblo… y que le crean sus mentiras los que adoran a esos dictadores bananeros de izquierda.
El dictador, debe tener la altura de miras de corregir el rumbo nacional, de arrelgar los problemas y luego retirarse. Ya sea amado y odiado por el pueblo o por la prensa.
Por eso es loable que El Peje se vaya al final del sexenio. Yo no tenía duda de que eso pasaría. Pero es triste que tengamos una oposición tan mediocre, que se encuentra destruida. Porque tampoco queremos una dictadura monopartidista. No queremos volver a la dictadura del PRI, a pesar de que ambos eran de izquierda, pero de eso hablamos luego.