NOGALES, Son.- Justo como lo hemos advertido, tenemos un serio riesgo ambiental en esta frontera, y aunque tengamos un “heróico” cuerpo de bomberos, seguro estoy que no estamos tan preparados para un accidente serio como el que nos podría regalar Ferromex a esta frontera.
Por el centro de la ciudad circulan casi a diario miles de toneladas de Ácido Sulfúrico y quien sabe cuántos más productos peligrosos. A este peligro le debemos añadir la cantidad ingente de productos químicos que utiliza la industria maquiladora en Nogales.
La industria maquiladora ya nos regaló en los 90 la contaminación por TCE o Tricloruro de Etileno, que derivó en un escándalo y fue reporteado por nuestro amigo José Luis Jara, en aquellos tiempos para el periódico Cambio, de Hermosillo.
No sabemos como anda en este momento la industria maquiladora en este aspecto, pero no se ha advertido riesgo alguno.
Pero lo que brinca a la vista es el tema de Ferromex, que de cuando en cuando causa tragedias. Hace apenas dos meses el tren mató a una niña de 14 años, cuando iba a la escuela. ¿Cómo puede pasar eso? Aún escribirlo es doloroso.
A inicios del 2000 Ferromex roció a un grupo de estudiantes con ácido sulfúrico, ya que un tanque presentaba una fuga que iba tirando a lo largo de su paso por la ciudad. Ferromex alegó inhumanamente que era culpa de los estudiantes, “porque invadieron el derecho de vía” del tren. ¡¡De ese tamaño la insolencia!!
También hemos visto al llamado “tren loco”, es decir, cuando un grupo de vagones se sueltan accidentalmente del resto del tren, y pasan sin control hasta estrellarse de manera descontrolada en alguna parte… Y esto ya ocurrió en pleno centro de la ciudad, frente a la línea internacional.
Hemos visto ejercicios de accidentes de químicos en carretera, pero no en el tren, que es el mayor miedo y también el mayor riesgo.
En la semana denunciamos el accidente ambiental causado por el tren en OHIO, y comentamos que en esta frontera hay riesgos… Y en menos que canta un gallo ya hubo un accidente en carretera del Condado de Pima, aquí nomás tras lomita, en Arizona.
El riesgo es latente, y debemos, como sociedad y gobierno, ponerle atención a este tema. Lo dicho: Estamos demasiado acostumbrados a convivir con los materiales peligrosos. NOS VEMOS PRONTO.