De una manera similar a como ocurrió en febrero, el proyecto de ley bipartidista sobre inmigración y seguridad fronteriza, planteado en Senado careció de los 60 votos que requería para echarlo a andar y por segunda ocasión fue rechazado.
Los senadores votaron 43-50 para echar abajo la propuesta negociada por el republicano James Lankford, el demócrata Chris Murphy y por la independiente Kyrsten Sinema.
Chuck Schumer, líder de la mayoría en el Senado, señaló que detrás del rechazo a la iniciativa presentada está la figura de Donald Trump.
“La gente quiere que hagamos las cosas. La gente quiere que nos unamos. Y cuando escuchan que la única razón por la que los republicanos se echaron atrás en este proyecto de ley no es que no fuera lo suficientemente fuerte, sino que Donald Trump dijo que quería caos en la frontera, eso no les gusta.
El público está en la misma página. Y en los datos de las encuestas, demócratas, republicanos e independientes están todos en la misma página: actuar sobre un proyecto de ley bipartidista, lograr algo”, indicó.
Por su parte, Kyrsten Sinema criticó a los republicanos por haberle darle la espalda al proyecto de ley, pero también a los demócratas por no haberse esforzado para lograr un acuerdo.
“Hoy, el Senado está demostrando lo que muchos estadounidenses ya piensan sobre el Congreso: que los senadores vienen aquí para juegos políticos, no para obtener resultados”, expresó mediante un comunicado.
A través de otra misiva, Kyrsten Sinema criticó a los republicanos por haberle darle la espalda al proyecto de ley, pero también a los demócratas por no haberse esforzado para lograr un acuerdo.
“Hoy, el Senado está demostrando lo que muchos estadounidenses ya piensan sobre el Congreso: que los senadores vienen aquí para juegos políticos, no para obtener resultados”, expresó.
De hecho, antes de que se realizará la votación, Mike Johnson, presidente de la Cámara de Representantes, se reunió con sus colegas Steve Scalise, Tom Emmer y Elise Stefanik, para dejar en claro que el proyecto sería rechazado.
El argumento de los conservadores es que el presidente de la nación ya tiene el poder de detener el flujo de inmigrantes a través de la frontera entre Estados Unidos y México, por lo que ampliar su autoridad serviría de poco.
Luego de enterarse del fracaso de la votación, Joe Biden arremetió en contra de los republicanos.
“A los republicanos del Congreso no les importa asegurar la frontera o arreglar el fallido sistema de inmigración de Estados Unidos. Si lo hicieran, habrían votado por la aplicación de la ley fronteriza más estricta de la historia”, manifestó.