Singapur, Singapur.- Durante los últimos años, Occidente ha estado tratando de romper el control de China sobre minerales que son críticos para las tecnologías verdes y de defensa. A pesar de sus esfuerzos, las empresas chinas se están volviendo más dominantes, no menos.
Están ampliando sus operaciones, turbocargando la oferta y provocando la caída de los precios. Sus rivales no pueden competir.
“China no se queda quieta esperando que nos pongamos al día”, dijo Morgan Bazilian, director del Instituto Payne en la Escuela de Minas de Colorado. “Están realizando inversiones encima de sus ya masivas inversiones en todos los aspectos de la cadena de suministro de minerales críticos”.
Un ejemplo es el níquel, que se necesita para las baterías de los vehículos eléctricos. Las plantas procesadoras chinas que salpican el archipiélago indonesio están produciendo grandes cantidades del mineral desde instalaciones nuevas y en expansión, sacudiendo el mercado.
Mientras tanto, el gigante minero Glencore, con sede en Suiza, está suspendiendo las operaciones en su planta de níquel en Nueva Caledonia, un territorio francés, al concluir que no puede sobrevivir pese a las ofertas de ayuda financiera de París.
La británica Horizonte Minerals, cuya nueva mina brasileña se esperaba que se convirtiera en una importante fuente occidental, dijo el mes pasado que los inversionistas se habían retirado, citando un exceso de oferta en el mercado.
Al menos cuatro minas de níquel en Australia Occidental están cerrando sus puertas.
Los proyectos de litio en Estados Unidos y Australia han sido pospuestos o suspendidos después de un disparo en la producción china en el país y en el África subsahariana.
La única mina dedicada al cobalto en Estados Unidos también suspendió sus operaciones el año pasado, cinco meses después de su ceremonia de apertura. Sus propietarios están luchando contra una avalancha de cobalto producido en China de Indonesia y la República Democrática del Congo.
El año pasado, la producción no china de cobalto refinado cayó a su nivel más bajo en 15 años, reporta Darton Commodities. La proporción de extracción de litio realizada dentro de China o por empresas chinas en el extranjero ha aumentado del 14% en el 2018 al 35% este año, afirma Fastmarkets, un proveedor de información sobre commodities. Al mismo tiempo, el procesamiento de litio realizado en China aumentó del 63% en el 2018 al 70%, reporta Fastmarkets.
La vertiginosa expansión ha golpeado a los productores occidentales, que dicen que la economía interna de China no siempre puede absorber la avalancha de minerales que sus empresas llevan al mercado. El crecimiento en las ventas de autos eléctricos en China el año pasado, más lento de lo anticipado, significó que hubo menos clientes para el auge de minerales de China, contribuyendo al desplome de los precios globales.
El malo del cuento
Las empresas chinas continúan creciendo gracias a años de adquisiciones agresivas. Zijin Mining, una empresa respaldada por el Estado chino, dijo que incrementaría la producción de litio por un múltiplo de 85 este año de una base baja, y por 5 el próximo año.
El crecimiento proyectado se deriva de la compra en el 2022 de un activo occidental -una mina premium sin explotar en Argentina- que está programado para comenzar a extraer litio este año.
La mina fue descubierta en el 2015 cuando Waldo Pérez, un geólogo nacido en Argentina, tomó muestras en un lago remoto a 3 mil 950 metros sobre el nivel del mar en los Andes, que resultó ser parte de un enorme depósito de litio. Formó una empresa canadiense llamada Neo Lithium con socios, aseguró los derechos minerales, la cotizó en la Bolsa de Valores de Toronto e intensificó la exploración.
Para el 2021 decidieron vender.
Constantine Karayannopoulos, presidente de Neo Lithium en ese momento, cortejó a posibles pretendientes -tanto mineros como fabricantes de baterías para vehículos eléctricos- de Japón, Alemania, Estados Unidos, Corea del Sur y Australia, pero hubo poco interés. Con el aumento en los precios del litio en ese momento, dijo que temían unirse a la “rebatinga” y desembolsar una gran cantidad de dinero para la mina en caso de que resultara ser un fracaso.
Las tres mejores ofertas que recibió la empresa fueron de empresas chinas, incluyendo la ganadora de 750 millones de dólares de Zijin, cuyo mayor accionista es una paraestatal china.
‘OPEP de un solo miembro’
China tiene muchas ventajas en la carrera por asegurar minerales. Sus mineros tienen bolsillos profundos y son agresivos, y los bancos estatales brindan financiamiento para centrales eléctricas y parques industriales en el extranjero, allanando el camino para una mayor inversión privada china.
El rápido desarrollo industrial de China también significa que sus empresas han pasado décadas perfeccionando el arte de convertir mineral en bruto en metales. Pueden establecer nuevas instalaciones de forma rápida y económica.
Talon Metals está intentando competir. La compañía, con sede en Toronto, controla una rica reserva subterránea de níquel en el centro de Minnesota, una mina que la Casa Blanca afirma es parte de su plan para romper con la dependencia mineral que Estados Unidos tiene de China. El Departamento de Energía ha destinado más de 100 millones de dólares a Talon para construir una refinería en Dakota del Norte para procesar mineral de Minnesota y otras partes de América del Norte.
Tesla ha acordado comprar níquel para baterías de automóviles.
“Los formuladores de políticas de Estados Unidos, de ambos partidos, nos damos cuenta de que no podemos permitir que China se convierta en una ‘OPEP de un solo miembro’ para minerales críticos como el níquel”, dijo el mes pasado Sean Werger, presidente de Talon, en una referencia al cártel petrolero formado por muchos de los principales países productores del mundo para coordinar el suministro.
Pero algunos inversionistas han perdido la fe en Talon, cuyo precio accionario en la Bolsa de Valores de Toronto ha caído alrededor de dos tercios en el curso de los últimos dos años en medio de una avalancha de níquel chino procedente de Indonesia.
El martes pasado, la Casa Blanca anunció nuevos aranceles a China, incluyendo a minerales críticos como el grafito natural que Beijing domina.
Los mineros occidentales tienen la esperanza de que estas disposiciones impulsen con el tiempo la demanda por sus minerales, aunque a algunos les preocupa que los fabricantes de automóviles puedan encontrar soluciones alternativas. También tienen la esperanza de que las empresas chinas reduzcan su producción.
Edición del artículo original THE WALL STREET JOURNAL