Jerusalén.- El ejército israelí anunció ayer que retirará algunas de sus fuerzas de un bastión de Hamas en el sur de Gaza tras una fase importante de su ofensiva, con lo que la presencia de tropas en el territorio se reduce a uno de sus niveles más bajos desde que inició la guerra hace seis meses.
Las fuerzas se recuperarán y se prepararán para operaciones futuras, al tiempo que un número considerable permanece en otras partes de Gaza, detallaron funcionarios militares israelíes que hablaron bajo condición de anonimato porque no estaban autorizados a hablar con los medios. La 98va división de paracaidistas operó alrededor de Jan Yunis, el principal foco de atención de Israel en los últimos meses.
Israel ha prometido realizar una ofensiva terrestre en la ciudad de Rafah, en el extremo sur de Gaza, considerada el último bastión de Hamás, y el primer ministro Benjamín Netanyahu dijo ayer a su gabinete que la victoria significa “la eliminación de Hamas en toda la Franja de Gaza, incluyendo Rafah”.
Pero en Rafah viven unas 1,4 millones de personas, más de la mitad de la población de Gaza. La posibilidad de una ofensiva ha generado alarma en todo el mundo, incluso entre el principal aliado de Israel, Estados Unidos, que ha exigido ver un plan creíble de protección de civiles.
El portavoz de seguridad nacional de la Casa Blanca, John Kirby, dijo a la cadena ABC que Estados Unidos cree que la retirada parcial israelí “en realidad se trata sólo de descanso y reequipamiento para estas tropas que han estado en el lugar durante cuatro meses y no es necesariamente, que podamos decir, un indicativo de alguna próxima nueva operación para estas tropas”.
Durante la guerra, el ejército de Israel ha retirado silenciosamente tropas del devastado norte de Gaza.
Las tensiones están creciendo al cumplirse seis meses de guerra, que se desató cuando milicianos de Hamas atacaron Israel matando a 1,200 personas, en su mayoría civiles, y tomando a unos 250 cautivos el 7 de octubre. Israel respondió con feroces bombardeos y una ofensiva en Gaza que han matado a más de 33,000 palestinos, en su mayoría mujeres y niños, según las autoridades palestinas. Otros 75,886 han resultado heridos.
Mientras, se percibe una creciente frustración en Israel, donde las protestas antigubernamentales han aumentado y la ira crece por lo que algunos consideran la inacción del gobierno para ayudar a liberar a los cerca de 130 rehenes restantes, alrededor de una cuarta parte de los cuales, según Israel, están muertos.
Por su parte, se esperaba que las negociaciones para lograr un cese del fuego a cambio de la liberación de los rehenes se reanudaran el domingo en El Cairo. Una delegación israelí encabezada por el jefe de la agencia de inteligencia Mossad tenía programado partir hacia la capital de Egipto, según un funcionario israelí que habló bajo condición de mantener el anonimato al no estar autorizado para discutir el asunto con los medios.