Historiador explica las costumbres de los mayas cuando ocurría un eclipse y cómo los predecían

Comparte

El lunes 8 de abril próximo ocurrirá un eclipse total de Sol que será visible en algunas zonas de México (especialmente en Sinaloa; en el Sureste del país no se verá completo), Estados Unidos y Canadá.

La población prehispánica tenía varias creencias respecto a este fenómeno, por ejemplo, pensaba que haciendo ruido se evitaría que el Sol fuera “comido”.

El antropólogo Indalecio Cardeña Vázquez, experto en cultura maya y escritor, explicó que los estudios de las prácticas originarias relacionadas con los eclipses indican que en Yucatán se acostumbraba cuidar a las mujeres embarazadas.

Se creía que ellas debían evitar rascarse durante el eclipse porque el bebé podría nacer con una mancha oscura (chibaluna) en el lugar donde tenía la comezón.

Hoy se sabe que la mancha mongólica es común en las personas de ascendencia asiática, nativa americana, hispana, india y africana.

Hacer ruido durante el Eclipse

En los textos de Historia también se hace mención a la creencia de hacer ruido para ahuyentar al monstruo o a los animales que se comían al Sol o a la Luna.

“Recuerdo haber oído en los pueblos que se debía hacer sonar latas u ollas, se soltaban voladores para espantar a las hormigas que mordían al Sol o a la Luna; también podían hacer disparos al cielo con armas de fuego”, dijo Cardeña.

El Chilam Balam de Chumayel, añadió el experto, es un documento maya colonial escrito en el siglo XVI en cual se ofrece una explicación del origen de los eclipses.

El texto dice del eclipse lo siguiente: “A los hombres les parece que a sus lados está ese medio círculo en que se retrata como es mordido el Sol. He aquí que es el que está en medio. Lo que lo muerde, es que se empareja con la Luna, que camina atraída por él, antes de morderlo. Llega por su camino al Norte, grande, y entonces se hacen uno y ser muerden el Sol y la Luna, antes de llegar al tronco del Sol. Se explica para que sepan los hombres mayas qué es lo que le sucede al Sol y a la Luna.

Eclipse de Luna. No es que sea mordida, se interpone con el Sol, a un lado de la Tierra; eclipse de Sol, no es que sea mordido, se interpone con la Luna, a un lado de la Tierra. Esto es señal que da Dios de que se igualan; pero no se muerden”.

La traducción es de Antonio Mediz Bolio.

El Chilam Balam de Chumayel se encuentra resguardado en la Universidad de Princeton, Nueva Jersey.

Cardeña Vázquez agregó que los mayas antiguos leyeron almanaques y libros de astronomía de los siglos XV y XVI porque los frailes franciscanos los tenían.

En la época colonial adaptaron ese conocimiento a su cultura, a sus ideas.

El saber y las clases

Los mayas llegaron a conocer perfectamente los eclipses y eran capaces de predecirlos. El Código Dresde es un ejemplo de ello.

Sin embargo, la sociedad maya era clasista y los conocimientos científicos eran poseídos únicamente por la clase sacerdotal y los gobernantes, apuntó el antropólogo Cardeña Vázquez.

“La gran población desconocía totalmente esto. Los gobernantes y sacerdotes eran los que poseían estos conocimientos, con lo que legitimaban el poder que ejercían: decían tener control sobre los astros porque eran capaces de predecir cuándo iba a ocurrir un eclipse, a los ojos de la gente —que desconocía de mucho— era una muestra del enorme poder que tenían, y por el vínculo que poseían con los astros los gobernantes eran considerados sagrados”.

El papel del hmen

Indalecio Cardeña admitió que desconoce si los hmenes se reúnen en los eclipses para hacer rituales.

Los descendientes de los sacerdotes mayas que vivieron durante la Colonia fueron incorporados al nuevo período que comenzaba bajo el dominio español. Sobrevivió únicamente un elemento de esta antigua clase sacerdotal: los hmenes.

“La medicina fue el conocimiento científico que escapó de la casta sacerdotal porque el hmen, el médico, estaba en contacto con toda la sociedad, tanto con los gobernantes como con la gente común que acudía a ellos”.

“El hmen que estaba en la parte más baja de la clase sacerdotal fue el que sobrevivió porque la gente lo protegió; podemos decir que los hmenes que vemos son los descendientes de estos antiguos sacerdotes precolombinos”, apuntó..

“El temor de los eclipses”

El entrevistado también habló del artículo de una investigadora de la Universidad Nacional Autónoma de México publicado en 1995, sobre las tradiciones entre los mayas contemporáneos relacionadas con los eclipses. El artículo se titula “El temor a los eclipses entre comunidades mayas contemporáneas” y es de Marta Ilía Nájera Coronado.

Entre otros conceptos asienta que: “Dentro de la cosmovisión indígena, el Sol y la Luna ejercen fuerte influencia sobre la vida de los seres. Sendos astros son dioses, fuerzas sobrenaturales y, como tales, a la vez que benevolentes e imprescindibles para la vida, causan graves daños: cualquier alteración que sufran provoca desconcierto”.

“El temor más grande es que se ‘apaguen’, el Sol durante el día y la Luna por la noche; por ello, los eclipses, que marcan una ocultación de uno u otro astro, se han considerado entre los pueblos mesoamericanos a lo largo de toda su historia como tremendamente peligrosos, angustiantes; simbolizan una manifestación de lo sagrado, fuerza que atemoriza y que el hombre es incapaz de controlar.

“Imagínese la zozobra del hombre indígena al ver apagarse en pleno día al maravilloso astro solar del cual depende la vida sobre la tierra, el calor y la luz, el Sol que lucha contra las tinieblas nocturnas enemigas de la vida humana; el temor que surge al observar una penumbra inesperada, el descenso brusco de la temperatura, las parvadas de pájaros buscando sus nidos, el chillar de los grillos, el despertar de los murciélagos, el centelleo de las luciérnagas y el desconcierto general en toda la naturaleza; se vive una atmósfera irreal. O bien observar cómo desaparece Nuestra Madre la Luna, la luz nocturna, protectora de las aguas, la que brinda la energía fecundante, la fertilidad y protege el nacimiento.

“Los eclipses marcan una desaparición, una ocultación accidental de la luz, por ello se consideran dramáticos y peligrosos.

“Desde tiempos prehispánicos los sabios sacerdotes calculaban, con base en las lunaciones la fecha de un eclipse solar; testimonio de ello se encuentra en el Códice Dresde, en las llamadas tablas de los eclipses y parece que aun sabían cuándo habría un eclipse aunque no fuera visible en el área maya”.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Entrada siguiente

Israel se enoja con EE. UU. porque se abstuvo de votar ante resolución de cese al fuego en Gaza

mar Mar 26 , 2024
ComparteNACIONES UNIDAS .— El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas emitió ayer su primera exigencia de un cese del fuego en la Franja de Gaza, lo que desató el enojo de Israel, ya que Estados Unidos se abstuvo de votar la resolución. En respuesta, Israel canceló la visita de una […]

Puede que te guste