Nueva York.- En el desierto de la Patagonia en Argentina, existe una cueva remota decorada con casi 900 pinturas de figuras humanas, animales y diseños abstractos.
Hasta hace poco, los arqueólogos asumieron que el arte rupestre de ese lugar, conocido como Cueva Huenul 1, fue creado en los últimos miles de años.
Sin embargo, en un documento publicado el miércoles en la revista Science Advances, los arqueólogos dijeron que uno de los diseños más misteriosos de la cueva, un patrón en forma de peine, apareció por primera vez hace unos 8 mil 200 años, siendo por mucho el primer ejemplo conocido de arte rupestre en uno de los últimos lugares en la Tierra en donde se establecieron nuestras especies.
Los artistas de cuevas continuaron dibujando el mismo diseño en forma de peine en pigmento negro durante miles de años, una era en la que la actividad humana estuvo virtualmente ausente en ese lugar.
El arte proporciona un raro vistazo de una cultura que podría depender de su diseño para comunicar reflexiones valiosas en todas las generaciones durante un período de cambios climáticos.
La Patagonia, que abarca la punta sur de Sudamérica, fue poblada por humanos hasta hace 12 mil años. Esos primeros habitantes se desarrollaron en la Cueva Huenul 1 durante generaciones, dejando señales de haberla habitado.
Luego, hace unos 10 mil años, el área se convirtió en más árida y hostil como resultado del cambio climático.
El registro arqueológico de la cueva disminuyó en los siguientes miles de años, sugiriendo que el sitio fue abandonado mayormente debido a las presiones ambientales.
Los diseños en forma de peine se traslapan con este largo período de penurias, de acuerdo a la doctora Guadalupe Romero Villanueva -autora del estudio y arqueóloga de la agencia gubernamental CONICET de Argentina y el Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento Latinoamericano en Buenos Aires- y sus colegas, quienes identificaron la edad de las pinturas con radiocarbono.
El equipo también encontró que la pintura negra probablemente fue elaborada con madera quemada, tal vez de los arbustos o cactus.
Aunque el significado del patrón estilo peine se ha perdido al paso del tiempo, los investigadores especulan que podría haber ayudado a preservar recuerdos colectivos y tradiciones orales de personas que soportaron ese período inusualmente caliente y seco.
Las relaciones entre los grupos de antiguos humanos que desarrollaron y compartieron ese arte rupestre mejoraron las posibilidades de sobrevivencia en ese ambiente desafiante.
Aunque es probable que el propósito del patrón estilo peine siga siendo un misterio, la persistente presencia del mismo en la cueva abre una nueva ventana sobre las personas prehistóricas de la Patagonia.