MIAMI.— Un hombre de Miami Beach fue sentenciado a cerca de ocho años de cárcel por su papel en una banda del crimen organizado que operaba en Cuba, México, España y el sur de Florida desde 2009, informó ayer el Departamento de Justicia de Estados Unidos (DOJ, por sus siglas en inglés).
Javier Hernández, de 50 años, fue condenado a pasar 95 meses en una prisión federal tras ser encontrado culpable por cargos relacionados con el tráfico de inmigrantes, lavado de dinero y soborno, entre otros.
El sujeto estaba en la mira de las autoridades por ser parte de un violento grupo del crimen organizado conocido en México como “La Mafia Cubana en Quintana Roo”, detalló en un comunicado el DOJ.
Junto a su cómplice, Ramón Reyes Aranda, de 38 años, Hernández robaba en Florida y transportaba a México vehículos, incluidas varias embarcaciones, que servían a la organización para traficar y extorsionar a migrantes que se dirigían hacia Estados Unidos.
La banda contactaba a las familias de los migrantes para exigir un rescate de 10,000 dólares o, de lo contrario, amenazaban con torturar y matarlos.
Tras recibir el rescate, la organización liberaba a la víctima y la enviaba en autobús a la frontera entre Estados Unidos y México con instrucciones para solicitar asilo político.
Las víctimas cuyos familiares no pudieron pagar la tarifa fueron golpeadas, amenazadas con cuchillo y pistola hasta que al fin fueron rescatadas por las autoridades mexicanas, dijo el DOJ.
Más de una decena de personas, entre ellas 7 de origen cubano que residían en México, fueron detenidas en la operación contra “La Mafia Cubana en Quintana Roo”.
Según “El Nuevo Herald”, Hernández fue declarado culpable en octubre del año pasado por un jurado federal de Miami.
La Fiscalía Federal del Distrito Sur de la Florida informó que, según las pruebas presentadas en el juicio, Hernández y su coacusado, Ramón Reyes Aranda, de 38 años, de Naples, robaron embarcaciones de la costa oeste de la Florida.
Reyes identificaba las embarcaciones y Hernández las transportaba a México, donde eran utilizadas para financiar y facilitar las actividades ilegales del grupo.
Previo al juicio, Reyes se declaró culpable de participar en una conspiración de lavado de dinero para promover el tráfico de bienes robados y sobornos.