Las calles de Río de Janeiro se preparan para el Carnaval, pero este año, las festividades se ven eclipsadas por una emergencia de salud pública. La ciudad ha declarado el estado de emergencia debido a una epidemia de dengue, una enfermedad transmitida por mosquitos que está causando estragos en la población.
Con más de 11,200 casos reportados solo en lo que va del año, las autoridades de Río están luchando contra un aumento alarmante de la enfermedad. El dengue, que provoca síntomas similares a los de la gripe y puede ser mortal en casos extremos, ha llevado a la hospitalización récord de 362 personas en enero, superando cualquier registro previo.
El alcalde de Río, Eduardo Paes, anunció la medida de emergencia en un intento desesperado por contener la propagación del virus antes de que las multitudes se reúnan para celebrar el Carnaval. Las festividades, famosas en todo el mundo por sus desfiles coloridos y sus fiestas callejeras bulliciosas, ahora se ven amenazadas por la sombra del dengue.
En respuesta a la crisis, se están abriendo 10 centros de atención en toda la ciudad, y el Ministerio de Salud ha establecido un centro de emergencia para coordinar las operaciones. Sin embargo, Río no está sola en esta batalla: otros dos estados, Minas Gerais y el Distrito Federal, también han declarado emergencias de salud pública debido al aumento de las infecciones por dengue.
El brote de dengue en Brasil no es un fenómeno aislado. Según el Ministerio de Salud, en las primeras cinco semanas del año se reportaron casi 365,000 infecciones en todo el país, cuatro veces más que en el mismo período del año pasado. La ministra de Salud de Brasil, Nísia Trindade, ha instado a una acción nacional coordinada para combatir la enfermedad, atribuyendo el aumento de los casos a las condiciones climáticas extremas.
El Director General de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, también ha señalado el papel del clima en el brote de dengue. El actual fenómeno de El Niño, uno de los más fuertes registrados, ha contribuido al aumento de las temperaturas y las lluvias, creando un entorno propicio para la proliferación de mosquitos.
A medida que el cambio climático continúa exacerbando los fenómenos meteorológicos extremos, se espera que las enfermedades transmitidas por mosquitos, como el dengue, se vuelvan más prevalentes y representen una amenaza creciente para la salud pública en todo el mundo.
En un esfuerzo por contener la crisis, Brasil ha implementado una campaña de vacunación masiva contra el dengue. La vacuna, aprobada en 2023, se ofrece en el sistema de salud público y se espera que beneficie a millones de personas. Sin embargo, la disponibilidad limitada de dosis ha llevado a un enfoque progresivo en la vacunación, priorizando a los niños de 10 a 14 años.
A pesar de estos esfuerzos, la batalla contra el dengue está lejos de terminar. Mientras Brasil lucha por contener el brote, el mundo observa con atención, consciente de que la propagación de enfermedades vectoriales como el dengue representa un desafío cada vez mayor en un mundo afectado por el cambio climático. Con el Carnaval a la vuelta de la esquina, los residentes de Río y los visitantes se enfrentan no solo a la celebración, sino también a una lucha contra una enfermedad que amenaza con empañar la alegría de la temporada festiva.