Duramente los primeros días de enero, una delegación de funcionarios mexicanos viajará a Washington con el objetivo de exponer algunas propuestas enfocadas en frenar la crisis migratoria generada en la frontera de Estados Unidos y que afecta a varias de sus ciudades santuario.
De acuerdo con información divulgada por el Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos (NSC), durante su visita, los diplomáticos mexicanos se volverán a reunir con Antony Blinken, secretario de Estado, y con Alejandro Mayorkas, secretario de Seguridad Nacional, para definir algunos pasos a seguir durante el resto del año con el propósito de aliviar a las fronteras de ambos países mediante la aplicación más estricta de la ley.
“Se evaluará el progreso y se decidirán qué más se puede hacer. Continuamos abordando las causas fundamentales y construyendo vías legales que incentiven la migración ordenada y la aplicación de nuestras leyes”, indica parte de un comunicado emitido por el NSC.
Bajo la óptica de los funcionarios estadounidenses, ambos países necesitan reforzar sus políticas en materia migratoria ante las oleadas de personas procedentes de Centro y Sudamérica que pretenden llegar hasta Estados Unidos huyendo de la miseria y en busca de mejores oportunidades para salir adelante.
Hace unos días, Blinken y Mayorkas lideraron una delegación estadounidense durante una reunión sostenida en México principalmente con Alicia Bárcena, secretaria de Relaciones Exteriores, quien estuvo acompañada por funcionarios de menor rango.
De acuerdo con autoridades mexicanas, un alto número de indocumentados que no logran cruzar a Estados Unidos lejos de regresar a sus países de origen se queda en territorio mexicano, lo cual también resulta un problema.
De hecho, se reporta que hasta el momento cerca de 4 mil inmigrantes procedentes de Haití, Venezuela y Cuba permanecen varados en Tijuana, Baja California, en espera de que Estados Unidos pueda otorgarles asilo.
En tanto, una cantidad similar aguarda en Matamoros, Tamaulipas, sin que hasta el momento haya recibido alguna respuesta a sus solicitudes.
Lo cierto es que, desde el año pasado, la cantidad de indocumentados que llegan a México resulta notoria al grado de que en algunas centrales camioneras que ofrecen transporte desde la capital hacia el norte del país sea vuelto algo común sin que las autoridades migratorias intervengan.
De ahí se desprende que algunos grupos extranjeros decidan quedarse a residir en lugar de buscar el “sueño americano”, pues ni siquiera se les exige un documento de identificación.