El presidente Joe Biden se reunió el viernes con el presidente Andrés Manuel López Obrador de México, en San Francisco, California.
Los dos líderes reafirmaron la relación entre Estados Unidos y México como una asociación estratégica importante que abarca todo el espectro de intereses de seguridad nacional y nacional, que van desde la competitividad económica y el cambio climático hasta la seguridad ciudadana y la gestión de la migración, informó la Casa Blanca en una lectura de la reunión bilateral de los dos mandatarios.
Al inicio del encuentro y en presencia de los medios de comunicación, Biden destacó la cooperación en seguridad entre las dos naciones “trabajando codo con codo para combatir el tráfico de armas, la delincuencia organizada y la epidemia de opioides, incluido el fentanilo”.
Biden dijo a López Obrador que, cuando se quedaran a solas, quería hablar con él sobre la “excelente” conversación que tuvo el miércoles con el presidente de China Xi Jinping, sobre el fentanilo, un potente opioide que se cobra la vida de casi 200 estadounidenses al día.
Ante las palabras de Biden, López Obrador reaccionó diciendo ser consciente del “daño” que esta droga está causando a la juventud estadounidense y afirmó que México está actuando con “solidaridad” para combatirla.
“En cuanto al combate de drogas, hay el compromiso de México de seguir apoyando para no permitir la introducción de químicos y de fentanilo”, afirmó López Obrador, quien anteriormente había negado que en su país se fabrique fentanilo como afirma Estados Unidos.
Un plan de desarrollo para Latinoamérica ayudará regular la migración
El presidente Biden reconoció la asociación esencial con México para gestionar niveles de migración sin precedentes en todo el hermisferio occidental.
Con respecto a la aplicación de la ley, el presidente Biden agradeció al presidente López Obrador por sostener sus efectivas operaciones de contención y unirse a Estados Unidos para repatriar a personas que no tienen una base legal para permanecer en nuestros países.
Esto es fundamental para disuadir la migración irregular hacia la frontera compartida. Estados Unidos ha llevado a cabo un número récord de expulsiones este año y, más recientemente, reinició los vuelos de expulsión a Venezuela.
López Obrador aprovechó para insistir a Biden en la necesidad de impulsar un plan de desarrollo en Latinoamérica para frenar la migración forzada, similar a la “Alianza para el progreso” que abanderó hace más de 60 años el presidente estadounidense, John F. Kennedy, (1961-1963) para combatir la pobreza en la región.
Además, el líder mexicano destacó que Biden es el primer presidente estadounidense en mucho tiempo “que no construye muros”, a pesar de que la actual Administración retomó las obras que había iniciado el Gobierno de Donald Trump (2017-2021) en un tramo fronterizo de Texas.
Los líderes discutieron la necesidad de que todos los países de la región hagan su parte para gestionar humanamente la migración y acordaron trabajar juntos para abordar las acciones que Nicaragua y ciertas entidades del sector privado están tomando para facilitar la migración irregular con fines de lucro.
Actualmente, Estados Unidos está explorando opciones legales para penalizar esta actividad.
El presidente Biden reconoció los pasos que México está tomando para ampliar el acceso a vías legales, incluidas las visas de trabajo dentro de México, particularmente para los centroamericanos.
Cuba, Venezuela y Guatemala
Además de migración, los dos líderes también hablaron sobre Cuba, Venezuela y Guatemala, según los dichos funcionarios.
López Obrador instó a Biden a priorizar el diálogo con La Habana y levantar sanciones y, además, trajo a colación las sanciones económicas sobre Venezuela.
En octubre, el gobierno de Biden ya alivió algunas de las sanciones que pesaban sobre el sector energético venezolano, tras un acuerdo entre el Gobierno de Nicolás Maduro y la oposición para permitir la supervisión internacional de las elecciones de 2024.
En cuanto a Guatemala, ambos líderes discutieron las “señales preocupantes” provenientes de ese país “con esfuerzos para socavar realmente la capacidad” del presidente electo, Bernardo Arévalo de León, para tomar posesión el 14 de enero de 2024, de acuerdo a los citados funcionarios.
Bromas y sintonía
Tanto López Obrador como Biden hicieron gala de su sintonía. Comparecieron ante los medios sentados en unas sillas, con dos banderas estadounidenses y dos mexicanas de fondo y una mesita en el centro que tenía unos vasos y tazas listos para un refrigerio.
López Obrador presumió de la “muy buena relación” que comparten y se mostró convencido de que juntos podrán “seguir avanzando” para mejorarla todavía más.
Mientras tanto, Biden empezó sus declaraciones haciendo una broma. Contó que en la cena que ambos compartieron el jueves con otros líderes de la APEC, López Obrador, se sentó al lado de su esposa, Jill Biden, y fue tan encantador con ella que llegó a precuparse.
“Compartimos una cena ayer. Y ya le dije, usted se sentó al lado de mi esposa y fue tan cautivador que estaba preocupado de que acabaras gustándole más que yo”, bromeó el estadounidense.
Al reconocer que Estados Unidos y México tienen un interés compartido en la prosperidad y la seguridad del otro, los dos presidentes se comprometieron a continuar asociándose en múltiples dimensiones para capitalizar las oportunidades económicas y liderar conjuntamente la solución de los desafíos globales y regionales del fentanilo y la migración.